Preguntas y respuestas sobre el ayuno y su filosofía

Preguntas y respuestas sobre el ayuno y su filosofía


¿Por qué debo ayunar?... El ayuno en las religiones anteriores…  Regla sobre el ayuno en caso de enfermedad…‌

El Islam es una religión basada en la razón y la lógica, que tiene respuestas para cualquier pregunta. No hay cuestión en la jurisprudencia islámica que carezca de sabiduría y pruebas razonables. [1]

Considerando la importancia, los efectos y las bendiciones del ayuno según el Sagrado Corán y los hadices, este texto responderá algunas preguntas y dudas al respecto.

Preguntar sobre los mandamientos divinos

Pregunta: ¿Tenemos derecho a preguntar sobre la filosofía de los mandamientos divinos?

Respuesta: La filosofía de las normas del Islam y los mandamientos divinos es uno de los temas más importantes en nuestra doctrina. Todos se preguntan por qué debemos rezar, ayunar, peregrinar a la Casa de Dios y por qué está prohibido realizar o consumir ciertas cosas en el Islam, entre otros.

El estudio de los textos islámicos, el Corán, los hadices del Profeta y los Imames (la paz sea con ellos) demuestra que la filosofía de las normas del Islam siempre ha sido un tema común entre los líderes del Islam, quienes generalmente usaban un método coránico y lógico para responder a las dudas sobre la filosofía de los dictámenes de Dios.

Por ejemplo, el Corán, al legislar el ayuno del bendito mes de Ramadán, dice: “¡Oh vosotros que creísteis! Os ha sido prescrito el ayuno (como un acto obligatorio) al igual que fue prescrito a los que os precedieron; Quizás así seáis temerosos de Dios.” [2] De esta manera, el Corán menciona una de las filosofías del ayuno, el “Taqwa”, que significa temer a Dios, el cual es un factor para evitar el pecado y controlar los deseos rebeldes.

Sobre los viajeros y los enfermos, exentos de la regla del ayuno, el Corán dice: “Quien se encuentre enfermo (de tal modo que no pueda ayunar) o de viaje debe ayunar en otro momento el mismo número de días. Dios quiere lo fácil para vosotros, y no quiere la dificultad para vosotros". [3] Esta aleya menciona la filosofía de esta excepción: la negación de la penuria y la dificultad en las leyes del Islam.

En los hadices del Profeta (PBD) y de los Imames de la Guía (la paz sea con ellos), también hay muchos casos en los que, después de que la gente les preguntaba sobre algunas leyes,  ellos mencionaban los secretos y la filosofía de las mismas.

Por lo tanto, cuando vemos que el Sagrado Corán y los líderes del Islam han expresado la filosofía y los secretos de las leyes en muchos casos, queda claro que nos han dado el derecho de preguntar sobre la filosofía de las leyes.

Además, sabemos que las leyes y mandamientos islámicos tienen su origen en el conocimiento infinito de Dios, por lo que solo podemos comprender la filosofía y los secretos de las leyes religiosas en la medida del conocimiento humano en cada época y tiempo, no en su totalidad. Por lo tanto, nunca podemos condicionar la obediencia a estos mandamientos y decretos a la comprensión y entendimiento de su filosofía. En otras palabras, si la filosofía de algunas leyes religiosas no es clara para nosotros, no podemos dejar de seguirlas con esta excusa; sino que debemos obedecerlas, porque, por un lado, la filosofía principal de las leyes religiosas es obedecer el mandato de Dios, y por otro, nuestra ignorancia hacia la filosofía de las leyes no significa que estas no tengan razones y bases religiosas.

Lo que está claro es que la religión es un conjunto de leyes legisladas por el Conocedor de todo, Dios, quien sabe el mejor programa para la felicidad del ser humano. [4]

 

¿Por qué Adorar a Dios?

Pregunta: Si Dios es un ser perfecto e ilimitado, ¿por qué deberíamos adorarlo? ¿Acaso necesita nuestra adoración?

Respuesta: La adoración a Dios no es un acto para satisfacer una necesidad divina, sino una necesidad humana. Dios, en su infinita perfección, no depende de nuestra adoración. Sin embargo, la adoración es el camino que nos conduce a nuestra propia perfección y a la felicidad eterna.

La adoración a Dios produce una serie de beneficios transformadores, tanto a nivel individual como social:

La adoración nos ayuda a cultivar un profundo sentido de gratitud y agradecimiento por la vida, los dones recibidos y la existencia misma.

La adoración es la fuente primordial del crecimiento espiritual. Al conectar con la perfección absoluta de Dios, abrimos nuestras almas a un mundo infinito de posibilidades. Buscamos, a través de la adoración, la guía y el apoyo de su poder infinito.

En esencia, la adoración es una búsqueda de la trascendencia, una aspiración a la elevación espiritual que nos permite alcanzar nuestro máximo potencial. Es un viaje hacia la conexión con lo divino, un camino que nos transforma y nos acerca a Él.  [5]

 

¿Por qué debo ayunar?

Pregunta: ¿Cuál es el propósito del ayuno?

Respuesta: El ayuno, como práctica religiosa islámica, tiene múltiples propósitos. Desde un punto de vista moral, enseña a las personas sobre la resistencia, la perseverancia, el autocontrol y la capacidad de dominar los deseos impulsivos.

En el ámbito social, el ayuno nos invita a reflexionar sobre la situación de los hambrientos y necesitados. Además, el ayuno tiene efectos beneficiosos para la salud, ya que ayuda a limpiar el cuerpo de residuos alimentarios no utilizados, los cuales pueden convertirse en grasa y sobrepeso, contribuyendo a diversas enfermedades. Por esta razón, el ayuno se considera importante para prevenir y tratar muchas enfermedades. [6]

 

El ayuno en las religiones anteriores

Pregunta: ¿Se practicaba el ayuno en otras religiones antes del Islam?

Respuesta: Sí, el ayuno se practicaba en religiones anteriores al Islam, como se evidencia en la Torá y el Evangelio. Los judíos y los cristianos, entre otros pueblos, ayunaban en momentos de dolor y tristeza. El "Diccionario Bíblico" señala que el ayuno ha sido común en todas las épocas, culturas y religiones, especialmente en momentos de aflicción. [9]

La Torá menciona que Moisés (P) ayunó durante cuarenta días. Leemos: “Cuando subí al Monte para recibir las Tablas del Pacto que el Señor hizo con vosotros, estuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua”. [10]

Los judíos también ayunaban como una forma de arrepentimiento y para buscar el perdón de Dios: "El pueblo judío a menudo ayunaba cuando quería expresar su impotencia y humildad ante Dios, para confesar sus pecados". [11]

“El Gran Ayuno con Expiación era probablemente sólo un ayuno anual especial que era costumbre entre el pueblo judío. Por supuesto, también los judíos realizaban otros ayunos  en ocasiones especiales, por ejemplo, en memoria de la destrucción de Jerusalén.” [12]

Jesús (P) también ayunó durante cuarenta días, según el Evangelio: «Entonces Jesús fue llevado por el poder del Espíritu al desierto... y soportó el hambre habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches ». [13]

El Evangelio de Lucas también indica que los apóstoles de Cristo ayunaban. [14] Además, el Diccionario Bíblico afirma: “La vida de los apóstoles y creyentes del pasado fue una vida llena de negación de placeres, innumerables dificultades y ayunos.” [15]

Por lo tanto, el Corán, al decir: “¡Oh vosotros que creísteis! Os ha sido prescrito el ayuno (como un acto obligatorio) al igual que fue prescrito a los que os precedieron”, confirma la evidencia histórica de otras religiones, que demuestran que el ayuno se practicaba incluso antes del Islam, aunque con posibles modificaciones en sus prácticas. [17]

 

El Ayuno y el Ascetismo: Una Reflexión

Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre el ayuno y las prácticas de ascetismo que no están relacionadas con la religión?

Respuesta:

Muchas corrientes místicas coinciden en que las prácticas ascéticas (o austeridades) son medios para purificar el alma y controlar los impulsos. El ascetismo implica frenar los deseos, actuar en contra del ego y llevar a cabo acciones que requieren esfuerzo y disciplina. Un ejemplo extremo, aunque poco común, es el de personas que, supuestamente, se echaban sal en los ojos por la noche para evitar dormir y así mantenerse despiertos. El monacato cristiano y la abstinencia matrimonial de los sacerdotes son también ejemplos de estas prácticas ascéticas, aunque no son prácticas confirmadas en el Islam.

La pregunta clave es: ¿qué prácticas ascéticas son aceptables y cuáles no lo son en el Islam?

El difunto Faiz Kashani explica que el ascetismo se manifiesta de diferentes maneras según la persona. Su base es la renuncia a aquello que produce placer y orgullo. Por ejemplo, alguien que encuentra alegría en la riqueza y las posesiones, o que disfruta del estatus social, o que se complace en tener muchos seguidores, debería renunciar a estas cosas que le causan orgullo.

En resumen, el ascetismo puede dividirse en dos ramas: el ascetismo del cuerpo y el ascetismo del alma. El ascetismo físico es similar al ejercicio corporal, mientras que el ascetismo espiritual se logra a través del abandono de los deseos mundanos para fortalecer el alma. Ambas formas de ascetismo han existido a lo largo de la historia en diversas culturas.

En definitiva, la austeridad implica imponer ciertas dificultades al cuerpo o al alma con el objetivo de fortalecer la voluntad, promover el progreso espiritual, dominar los deseos y resistir las tentaciones.

En el contexto del culto islámico, observamos que muchas prácticas son ejemplos de este tipo de ascetismo. El ayuno durante el mes sagrado de Ramadán, especialmente en verano, es un claro ejemplo. Tiene un impacto significativo en suavizar el alma, fortalecer la voluntad y controlar los impulsos del ego.

Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertas consideraciones respecto a otras prácticas ascéticas:

1.  No deben contradecir los preceptos del Islam.

2.  No deben causar daño significativo al cuerpo ni al alma.

3.  La persona no debe sentirse abrumada o cansada por esta práctica [26].

 

Regla sobre el ayuno en caso de enfermedad

Pregunta: ¿Qué debe hacer una persona que no puede ayunar durante el Ramadán debido a una enfermedad?

Respuesta:

Si una persona no puede ayunar durante el Ramadán debido a una enfermedad, debe seguir estas reglas:

1- Debe recuperar los días de ayuno perdidos después del Ramadán, tan pronto como se recupere y pueda hacerlo.

2- Si la persona no se recupera y no puede recuperar los ayunos antes de que comience el siguiente Ramadán, deberá pagar una compensación (kaffara) por cada día de ayuno perdido. Esta compensación consiste en dar 750 gramos de comida a una persona pobre o necesitada por cada día de ayuno no realizado.

3- Si la enfermedad persiste y no permite recuperar los ayunos incluso hasta el siguiente Ramadán, la persona no está obligada a recuperarlos. En este caso, también debe dar 750 gramos de comida a una persona pobre o necesitada por cada día de ayuno perdido.

Tipos de compensación (Kaffara)

Compensación por retrasar la recuperación del ayuno hasta el próximo Ramadán: Dar 750 gramos de comida a una persona necesitada por cada día de ayuno perdido.

Compensación por romper el ayuno intencionalmente (sin una excusa válida): Esta es diferente y más severa. Requiere alimentar a 60 personas necesitadas.

Importante:

En todos los casos, la compensación (kaffara) debe ser entregada a personas pobres o necesitadas. No es válido dar la compensación a personas que no estén en necesidad.

Notas:

[1]  Enciclopedia del Fiqh Muqaran, Vol. 1, pág. 229.

[2] Ver: Sura Al-Baqarah, versículo 179.

[3] Ver: Sura Al-Baqarah, versículo 185.

[4] Respuestas a preguntas religiosas, pág. 272.

[5] Ibíd, pág. 284.

[6] El Islam de un vistazo, pág. 76.

[7] Declaraciones del Ayatolá Makarem Shirazi en el Santuario Sagrado de la Señora Fátima Ma’sma (P), 1392 s.

[8] Towzih al-Masa’il (persa), pág. 251.

[9] Diccionario Bíblico, pág. 427.

[10] Ver: La Torá, Deuteronomio, v. 9, v. 9.

[11] Diccionario Bíblico, pág. 428.

[12] Ibíd.

[13] Ver: Evangelio de Mateo, 4,1-2.

[14] Ver: Evangelio de Lucas, B5, 33-35.

[15] Diccionario Bíblico, pág. 428.

[16] Ver: Sura Al-Baqarah, versículo 183.

[17] Tafsir Nemune, vol. 1, pág. 634.

[26] Misticismo islámico, vol. 1, pág. 245.

Palabras clave : ayuno preguntas expiacion Kaffara
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