Tres narraciones sobre el martirio del Imam Yawad (P)
Sobre la historia del martirio del noveno Imam Infalible, Muhammad Ibn Ali al-Yawad (P), se han mencionado varios relatos. Según los relatos más famosos, su martirio fue al final del mes de dul Qa’da del año 220 de la hégira, y en ese momento solo tenía 25 años de edad.
Primer relato:
Ibn Shahr Ashub en el libro "Manaqib" cita:
Después de que Mu'tasim el califa abasida alcanzó el poder, le escribió una carta a Abdul Malik, el gobernador de Medina para enviar al Imam Yawad (P) a Bagdad. Cuando el Imam (P) entró en Bagdad, Mutasim envió un jarabe al Imam a través de uno de sus agentes llamado "Ashnas". Mu'tasim trató de envenenar al Imam (P) tres veces en un día para asegurarse de que lograría su malvado objetivo.
Cuando Ashnas le trajo el jarabe al Imam (P) dijo: “Este es el jarabe que el mismo Califa toma y ha ordenado que usted lo bebiera con hielo.” Luego trajo hielo y preparó el jarabe para el Imam (P). El Imam le dijo que lo dejaría para la noche. Pero el agente del califa insistió diciendo que el jarabe debe beberse frío, de lo contrario el hielo se derretirá. Por mucho que el Imam Yawad (P) se negó a tomar, el agente del califa insistió y el Imam (P) finalmente fue obligado a tomar aquel jarabe venenoso.
La segunda cita:
Mohammad Taqi Maylisi en el libro "Jala 'al-Oyun" cita:
Mutasim le encargó a uno de sus escritores que invitara al Imam Yawad (P) a su casa y vertiera veneno en la comida de ese Imam. El agente del califa hizo lo mismo, pero el Imam (P) no lo aceptó y dijo: “Sabes que no asistiré a sus reu n i o nes.” La persona dijo: “El propósito es buscar bendición para nuestra casa con su honorable presencia, uno de los ministerios del califa también desea conocerlo a usted.” El Imam finalmente se vio obligado a ir a su casa.
Cuando el Imam (P) comió la comida, sintió el efecto del veneno en la garganta. Se levantó y quiso salir. El dueño de la casa le pidió que no se fuera, y el Imam (P) dijo: ¡Es mejor para ti que me vaya de tu casa! Cuando el Imam llegó a su casa, el efecto del veneno apareció en su noble cuerpo y estuvo sufriendo todo el día y la noche hasta que su bendito espíritu voló a los más altos grados del cielo y así alcanzó el martirio.
La tercera cita de Mohammad Hussein Muzaffar, en el libro "Historia del shiísmo" dice:
Mu’tasim, que tenía un profundo rencor y odio hacia el Imam Yawad (P), lo encarceló (P) por un período, pero al final decidió asesinarlo. Para este propósito, liberó al Imam (P) de la prisión y le pidió a "Umm al-Fazl" (hija de Ma’mun) que envenenara al Imam (P). Ella se había casado con el Imam por la propuesta de Ma’mun con el fin de tener al Imam bajo vigilancia.
Sheikh Abbas Qomi dice al respecto en el libro de "Muntaha al-Amal":
Umm al-Fazl envenenó unos racimos de uvas y se las llevó al Imam (P). Cuando el Imam comió esas uvas envenenadas, el efecto del veneno apareció en su bendito cuerpo, y a esa corta edad, cuando solo habían pasado veinticinco años de su vida honorable, alcanzó el martirio. Según algunos informes, el cuerpo del Imam (P) quedó tres días sobre la azotea de la casa hasta que los shiítas lo llevaron y realizaron una procesión y el Imam (P) fue enterrado al lado de la tumba de su abuelo, el Imam Musa al-Kazim (P).
Consejos y enseñanzas de los hadices del Imam Yawad (P)
¡No reveles tus secretos a nadie a excepción de tus amigos de confianza!
Todos los seres humanos tienen secretos en su vida personal que a veces están relacionados con sus debilidades y defectos y, a veces, con sus logros y éxitos. Ciertamente, revelar lo que se relaciona con la debilidad y el defecto puede lastimar la credibilidad y el estatus social de los individuos, y puede llevar a una pérdida de la confianza pública y a la vergüenza, por lo que tanto ellos como otros no deben revelar esos secretos a menos que sea una ocasión para corregir los defectos y eliminar las debilidades.
Revelar lo que se relaciona con los logros para cualquier persona también puede encender el fuego de los celos en el corazón de los envidiosos, y los incita a destruir los medios del éxito, y en todo caso causa el mal y puede llevar al fracaso, por lo que es conveniente que los creyentes mantengan los secretos sobre las claves de sus éxitos. [2]
El Imam Yawad (P) dice al respecto:
"Revelar algo (un secreto) antes de que se solidifique y concluya da como resultado su corrupción". [3]
Las luminosas palabras del Imam Yawad (P) indican que el hombre debe ser muy cauteloso con sus secretos, porque su revelación a veces causa daño y algunas veces causa deshonra y difamación; [4] Por ejemplo, en algunos casos, si el hombre revela su secreto, su vida puede correr peligro, y en algunas ocasiones la revelación de secretos hace que los celosos impidan al hombre lograr el resultado de su trabajo, o que se opongan a él con el fin de proteger sus propios intereses y quitarle lo que ha intentado a lograr. [5] [6]
Por lo tanto, es razonable que en tales casos la persona no revele sus secretos ni siquiera contárselos a sus amigos. [7 El Imam (la paz sea con él) en esta narración también determina los límites de la amistad en la vida social, y aconseja al hombre que además de buscar amigos y hacer amistad en su vida observe algunos limites en sus relaciones con ellos. [8]
Por tanto, si queremos que nuestros secretos se conserven, debemos guardarlos firmemente en nuestro corazón. [9] No es razonable confiar en otra persona por el solo hecho de que es un amigo, porque un día la situación puede cambiar y ese amigo puede convertirse en enemigo. [10]
Se dice en las narraciones que si es necesario, revela tu secreto a alguien que también tenga un secreto contigo, para que tenga un motivo para mantener tu secreto. [11] Debido a que los seres humanos finalmente se necesitan unos a otros y se acercan unos a otros, debe haber un camino abierto para la amistad. Según un proverbio persa; "Una montaña no llega a otra montaña, pero una persona llega a otra persona". [12]
Responsabilidad del hombre por lo que ve y escucha
Seguir las dudas sobre otras personas, y juzgarlas sin tener certeza, es uno de los hábitos desagradables que tiene consecuencias y efectos siniestros. [13] Desafortunadamente, algunas personas cuando escuchan un rumor, inmediatamente lo aceptan y lo usa como base para sus juicios. [14]
Según el Islam, el criterio para hacer juicios es el conocimiento y la certeza, y el comportamiento basado en la sospecha no es confiable y es contrario a las leyes islámicas. [15] Leemos en un hadiz del Imam Yawad (P):
"Aquel que actúa sin conocimiento será más un corruptor que un reformador.” [16] [17]
La ignorancia no se limita únicamente a la vida personal del hombre; sino que puede conllevar peligros más grandes. Confiar en la ignorancia es la fuente de juicios apresurados, la violación de los derechos y la reputación de las personas, la propagación de los rumores, la promoción del pesimismo de las personas hacia los demás y la destrucción de la independencia intelectual. [19]
Por ejemplo, una persona ignorante tiene la intención de hacerle un bien a su hijo, pero lo conduce a la desgracia; tiene la intención de servirle al Islam, pero lo deshonra; tiene la intención de crear la paz entre la gente, pero agrava las discusiones y la hipocresía; y por lo general, su corrupción y la destrucción en todos los aspectos serán más que su reforma. [20]
La caridad y la recompensa divina
Uno de los instin tos indiscutibles del hombre es "buscar ganancias y repeler el daño"; El hombre siempre quiere hacer algo que lo beneficie o le evite algún mal, y en ese sentido está dispuesto a gastar los dones que tiene para lograr cosas más importantes; Todo el comercio material está motivado por esta razón. El Corán usa la misma palabra de “negocio” para referirse a algunas recompensas que se dan por algunas obras. Como por ejemplo, leemos en el versículo sagrado: “¡Oh, creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os salve de un castigo doloroso?” [22] [23]
En el Sagrado Corán, Dios se refiere a su infinita bondad a cambio de una acción justa y una recompensa innumerable para los creyentes; [24] Recompensa que ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, y ningún pensamiento humano ha imaginado; [25] Además de estas recompensas prometidas, es posible que Dios le añada muchas veces más que esto, una gran recompensa que nadie sabe ni conoce más que Dios. [27]
Con estas interpretaciones ¡¿Qué negocio es más rentable que este?! [28] De hecho, ¿qué comercio es más rentable y más sabio que este comercio? en el que por un lado, es un comercio entre el hombre con Dios, el Más Misericordioso, el Más Perdonador y el Más generoso, y por otro lado, Dios acepta la propiedad mortal y perecedera que el hombre pierde de cualquier manera, y a cambio le da una recompensa sin límites. [29]
Los creyentes, y los que confían en las promesas de Dios, y los que creen en el poder de Dios sobre todas las recompensas, nunca temblarán cuando den limosnas en el camino de Dios, y no consideran la "mezquindad" como una manera para acumular riqueza; Más bien, donan y otorgan a los siervos de Dios tanto como pueden, y piden la recompensa a alguien que es generoso, omnisciente y omnipotente. [30]
En una narración se ha narrado que Abdul Azim Hassani fue ante el Imam Yawad (P) y le pidió que le narrara un hadiz de sus padres. Aquel honorable Imam narró un hadiz del Imam Ali (P), diciendo: “El que cree en el hecho de que Dios compensa lo que se da en Su camino, es generoso en otorgar”. [31] [32]
Sí, aquellos que creen en las promesas de Dios y saben que recibirán mejor y más que cualquier limosna que dan en el camino de Dios en este mundo, o en el Más Allá, o en ambos, nunca dudarán en dar limosna. [33]
La manera correcta de expresar condolencias
El consuelo y la simpatía con los dolientes de un evento desagradable, son partes de los códigos humanitarios y comportamiento islámico. Una persona que ha perdido a un ser querido, cuando ve la presencia de personas que han venido a darle el pésame, su pena y dolor se reducen; Por esta razón, este asunto se ha enfatizado en las tradiciones islámicas. [35]
Se dice en las narraciones que es recomendable dar el pésame a los dolientes e invitarlos a tener paciencia, tanto antes como después del entierro; El menor consuelo es ir a la casa de los afligidos para verlos y simpatizar con ellos. [36]
Se ha narrado que una vez el Imam Yawad (P) quería ofrecer sus condolencias a un hombre que había perdido a su amado hijo. El Imam le dijo: “Me enteré de tu dolor con respecto a tu hijo Ali, también supe que él era uno de tus hijos más queridos. Sí, Dios Todopoderoso (a veces) toma a las personas más queridas del hombre para darle la mayor recompensa. Que Dios aumente tu recompensa y te dé paciencia y calme tu corazón. En verdad, Él tiene poder sobre todo y espero que Dios compense esta calamidad.” [37]
También es intelectualmente cierto que consolar y simpatizar con los afligidos traerá alivio y paz mental para ellos y reducirá su dolor y su sufrimiento, y esto es un gran servicio para esas personas. [38]
Recordar la verdad de la "muerte"
La gente a menudo piensa que la muerte es algo que significa aniquilación, [41] por lo que no creen en la vida después de la muerte, y consideran la muerte como un monstruo de aniquilación y no existencia y la oscuridad de la no existencia. De hecho, es natural que el hombre se escape de la no existencia y de tal muerte (con este sentido). [42]
Pero esta interpretación nunca está de acuerdo con lo que se afirma en los versículos del Corán y los hadices. [43] Según el Corán, la muerte es un una transferencia de un mundo a otro, por lo que vemos que el Corán interpreta la muerte como quitar el alma del cuerpo.
En las narraciones, hay diferentes interpretaciones sobre la verdad de la muerte. [45] Al Imam Yawad (P) se le preguntó acerca de la muerte, y el Imam dijo: “La muerte es (como) el sueño que os llega todas las noches, salvo que es largo y el hombre no se despertará hasta el Día del Juicio...” [46] [47]
Cabe señalar que el sueño es una etapa inferior de la muerte y es el debilitamiento de la relación entre el alma y el cuerpo. [49] La muerte no significa aniquilación; Es una especie de supervivencia y continuación de la vida. [50]
Notas
[1] Meshkat Hedayat; P 114.
[2] Ética en el Corán; tomo 3; P 369.
[3] Bihar al-Anwar; tomo 72; P 71; H 13 / (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 12; p. 317.
[4] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él ; tomo 9; p. 633.
[5] Ibíd; tomo 13; Pág. 323.
[6] Ibíd; tomo 9; p. 633.
[7] Ibíd; tomo 13; Pág. 323.
[8] Traducción explicativa y descripción concisa de Nahy al-Balaghah; Texto C 3; P.537.
[9] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 9; p. 633.
[10] Ética en el Corán; tomo 3; P 365.
[11] Ibíd; P 372.
[12] Traducción explicativa y explicación concisa de Nahy al-Balaghah; Traducción tomo 3; P.538.
[13] Anwar Hedayat, una colección de temas éticos; P 467.
[14] Ibíd; P 468.
[15] Tafsir Nemune, volumen 12, página 117.
[16] Kashf al-Qumma; tomo 3; P.161.
[17] Ciento cincuenta lecciones de vida; p. 48.
[19] Anwar Hedayat, una colección de temas éticos; P 467.
[20] Ciento cincuenta lecciones de vida (persa); p. 48.
[22] ver: Sura al-Saff, aleya 10.
[23] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 13; p. 137.
[24] Ver: Sura al-Qafir, aleya 40.
[25] Tafsir Nemune; tomo 20; P.107.
[27] Tafsir Nemune; tomo 23; P 321.
[28] Ibíd; tomo 20; P.107.
[29] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 3; p. 42.
[30] Ética en el Corán; tomo 2; P 376.
[31] Bihar al-Anwar; tomo93; p. 15, hadiz 6.
[32] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 13; p. 135
[33] Ibíd; p. 137.
[35] Mafatih Nowin; Pág. 1193.
[36] ibíd.
[37] al-Kafi; tomo 2; P. 205; Í 10.
[38] (Payame Emam) Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, la paz sea con él; tomo 14; P.420.
[41] Discursos de los Infalibles (P); tomo 2; P.165.
[42] Tafsir Nemune; tomo 24; P 117.
[43] Ibíd; tomo 22; P 261.
[44] Ver: Sura az-Zumar; versículo 42.
[45] Discursos de los infalibles (P); tomo 2; P.165.
[46] Bihar al-Anwar; tomo 6; P.155.
[47] Discursos de los infalibles; tomo 2; P.165.
[49] El mensaje del Corán; tomo 2; p. 119.
[50] Ibíd.