En los relatos e historias de los profetas de Dios que se encuentran en el Sagrado Corán, hay narraciones que destacan por su singularidad y ofrecen valiosas lecciones a los lectores. [1] Entre estas, se encuentran los relatos sobre el Profeta Jesús, la paz sea con él [3], su nacimiento milagroso y los eventos que ocurrieron después de su llegada al mundo. [4] Por esta razón, el nacimiento de Jesús (P), la figura de su madre y las virtudes de María (P), así como su diálogo con los ángeles, la mesa celestial y otros temas relevantes, son mencionados en las Palabras de Dios. [5]
La historia de María (P) antes del nacimiento de Cristo (P)
La historia de María (P) antes del nacimiento de Cristo (P) es particularmente significativa. En el relato de Maryam en el Sagrado Corán [6], que en la Biblia se conoce como María, leemos: "
Y (recuerda) cuando dijo la esposa de ‘Imran: «Señor mío, he hecho voto de dedicarte a Ti lo que hay en mi vientre, siendo libre (para servirte). Acéptalo, pues, de mí parte. Sin duda, Tú eres Quien todo lo oye, todo lo sabe». Pero cuando la dio a luz a ella, dijo: «Señor mío, he dado a luz a una hembra». Y Dios sabe bien a quien había dado a luz, y que el varón no es igual que la hembra. (Ella dijo) «Y yo la llamé María y pongo a ella y a su descendencia bajo Tu protección (contra el mal) de Satanás, el lapidado (y alejado de la cercanía de Dios)». [8]
En estos versículos, Dios menciona a ‘Imran y a su hija María, ofreciendo una breve descripción sobre su nacimiento, crianza y algunos de los momentos significativos en la vida de esta destacada figura. [9]
Continuando con los versículos anteriores, encontramos la historia de María (P): [10] “Entonces su Señor la aceptó favorablemente e hizo que creciera bien.” [11] Esta aleya se interpreta como una referencia a los aspectos del desarrollo espiritual y moral de María desde su infancia. [12]
De acuerdo con el versículo anterior [13], Dios eligió a esta niña pura para un servicio espiritual en el templo sagrado. Se menciona que la señal de su aceptación fue que María (P) no experimentó el ciclo menstrual tras alcanzar la pubertad durante su tiempo en el templo de Jerusalén; [14] además, la llegada de alimentos celestiales ante su altar fue otra manifestación de esta aceptación. [15] También se sugiere que la aceptación de este voto por parte de María (P) pudo haber sido revelada a su madre como una inspiración divina. [16]
En la continuación de las palabras de Dios en el Corán sobre María, se afirma: "Y Dios la confió bajo la tutela de Zacarías.” [17] La historia menciona que el padre de María (P), ‘Imran, falleció antes de su nacimiento, [19] por lo que su madre, tras dar a luz, la llevó a Jerusalén ante los eruditos judíos y dijo: “Esta niña es un regalo para Jerusalén; que uno de ustedes acepte su tutela.” Dado que los signos de luz divina eran evidentes en su rostro y ella provenía de una familia noble, surgió una discusión entre los eruditos de Bani Israel, cada uno deseando el honor de ser su guardián. Finalmente, durante una ceremonia especial [20], Zacarías (P) asumió su tutela. [21]
A medida que María (P) crecía, los efectos de su grandeza y gloria se hacían cada vez más evidentes. El Corán menciona en este contexto: [22] “Cada vez que Zacarías entraba a visitarla en su nicho de oración, encontraba junto a ella provisiones. (En una ocasión) dijo: «¡Oh María! ¿De dónde te llega esto?». Ella respondió: «Esto es de parte de Dios. En verdad, Dios provee sustento a quien quiere, sin rendir cuentas».” [24]
María (P) se desarrolló bajo la tutela de Zacarías y estaba tan dedicada a la adoración y al servicio a Dios que, según Ibn Abbas, cuando tenía nueve años, ayunaba durante el día y se dedicaba a la adoración por la noche. Así, progresó en cuanto a su piedad y conocimiento de Dios, superando a los monjes y eruditos piadosos de su tiempo. [25]
Las virtudes de María (P)
Según el Sagrado Corán, María (P) es reconocida como una de las mujeres más virtuosas del mundo. [26] Los versículos de la Sura Maryam destacan su santidad, así como su profundo nivel de devoción y cercanía a Dios. [27] El Corán menciona claramente que María (P) tuvo conversaciones con los ángeles, quienes también se dirigieron a ella. [28] [29] Además, se relata que la comida paradisíaca fue descendida a María junto a su altar de adoración. [30] También se afirma que María (P) era una mujer veraz, [31] y se le reconocen otras posiciones espirituales elevadas. [32]
El Sagrado Corán describe el florecimiento del carácter de María (P) y enumera sus altas virtudes. En primer lugar, se menciona la conversación de los ángeles con ella, donde se dice: “Y (recuerda) cuando los ángeles dijeron: «¡Oh María! En verdad, Dios te eligió, te purificó y te escogió por encima de todas las mujeres de los mundos»”. [35]
¡Qué gran honor es para un ser humano hablar con los ángeles! Este diálogo es la buena noticia de su elección por parte de Dios, así como de su pureza y superioridad sobre todas las mujeres del mundo. Todo esto fue posible gracias a su piedad, fe y adoración, lo que la llevó a ser elegida [36] para dar a luz a un profeta como Jesucristo. [37] Este versículo es una clara evidencia de que María (P) fue la figura femenina más grande de su tiempo. [38]
Asimismo, Dios Todopoderoso menciona en otra Sura: “Y María, hija de Imrán, quien protegió la castidad de su vientre, así que, insuflamos en él de Nuestro Espíritu y confirmó las palabras de su Señor y Sus Escrituras y fue de las obedientes.” [40]
En este versículo, Dios establece tres privilegios para María (P): el primero es su castidad. María (P) era tan casta que, al ver al ángel que le traía la revelación de Dios para darle un hijo, se sintió aterrorizada y buscó refugio en Dios, ya que el ángel se le apareció como un hermoso joven. Cuando sintió los dolores del parto y pensó en el futuro, temía que sus enemigos y los ignorantes la acusaran injustamente, y exclamó: "¡Ojalá hubiese muerto antes de pasar por esto y hubiese sido totalmente olvidada!" [41]. [42] Esto demuestra la pureza y castidad ejemplar de María (P). [43]
El segundo privilegio mencionado en este honorable versículo [44] es su servidumbre ante Dios, que se caracterizaba por una sumisión absoluta y pura ante su Señor. [45]
El tercer privilegio de María (P) que se menciona en este versículo es su obediencia al mandato de Dios. [48]
El resultado de su castidad ejemplar, firme fe, creencia y obediencia inigualables fue que Dios insufló Su Espíritu en ella y la bendijo con un niño puro como Jesús (P). [49]
Así se afirma en una narración del Profeta del Islam (PBD): "Muchos hombres han alcanzado la cima de la perfección, pero entre las mujeres del mundo, [50] solo cuatro han alcanzado la perfección: 1- Asia, la esposa del Faraón 2 - María (P), la hija de ‘Imran 3- Jadiya (P), la hija de Juwailid 4- Fátima (P), la hija de Muhammad (PBD), el Profeta del Islam." [51] [52]
Las albricias del nacimiento del Mesías (P) a María (P)
Está declarado en las palabras de Dios en el Corán: “Y (recuerda) cuando los ángeles dijeron: «¡Oh María! Dios te da las buenas nuevas (del nacimiento) de una Palabra procedente de Él cuyo nombre es el Mesías, Jesús, hijo de María, (quien es) honorable (ante Dios) en el Mundo y en el Más Allá, y uno de los allegados (a Él).” [54]
El Sagrado Corán aborda una parte fundamental de la vida de María (P), es decir, el nacimiento de su hijo Jesús (P), conocido como el Mesías, y explica aspectos importantes al respecto. [55]
En estos versículos, el Corán presenta explícitamente a Jesús (P) como el hijo de María (P) para responder a quienes cuestionan su divinidad. Dado que quien nace de su madre naturalmente está sujeto a todos los cambios del período embrionario y a las transformaciones del mundo material, surge la pregunta de: ¿cómo puede una persona así ser Dios? En verdad, Dios está más allá de todos los cambios y transformaciones. [59]
Impregnación de María (P) desde el punto de vista del Corán
Según el Corán, cuando María (P) escuchó la buena noticia sobre el nacimiento de Jesús (P), exclamó: «Señor mío, ¿cómo es que voy a tener un hijo si ningún hombre me ha tocado?» [61]
Sabemos que este mundo opera bajo un sistema de causas y efectos, y la creación de Dios es tal que cada criatura sigue una serie de factores y causas para existir. Por ejemplo, para el nacimiento de un niño, son necesarias las relaciones matrimoniales y la concepción. Por lo tanto, no es sorprendente que María (P) se sintiera asombrada al recibir la noticia de que pronto tendría un hijo. [62]
Sin embargo, Dios disipó su duda y le dijo: "Así es como Dios crea lo que quiere." [64]
El sistema del mundo y la naturaleza de la creación de Dios están todos sujetos a Sus órdenes, y cuando Dios lo desea, puede alterar este sistema y crear seres a través de medios y factores inusuales. [65] [66] En este sentido, el versículo afirma: “Cuando Él decreta algo, le dice tan solo: ‘Sé y es.” [68]
Para que Dios le dé existencia a algo, no es necesario que pronuncie nada. De hecho, tan pronto como Su voluntad decreta crear algo, este llega a la existencia de inmediato. [69]
Es importante destacar que, al referirse a la creación de Jesús (P) en este versículo, se utiliza la expresión "Él crea", mientras que en algunos versículos anteriores sobre la creación de Juan (P), se emplea la expresión "Él hace". Esta diferencia podría aludir a la distinta naturaleza de la creación de estos dos profetas, uno de los cuales nació de manera normal y el otro de forma inusual. [71]
En otros textos coránicos sobre María (P), Dios dice: “Nosotros enviamos para ella a Nuestro Espíritu, que se presentó ante ella con la forma de un ser humano completo.” [73]
Se puede imaginar el estado que experimentaba María (P) en ese momento. María (P), que [74] siempre había vivido con pureza, al ver a un hermoso desconocido en su privacidad, gritó: «En verdad, me refugio en el Clementísimo de ti, si eres temeroso de Dios.» [76]
Al pronunciar estas palabras, María (P) esperaba la reacción del extraño, pero este estado de inquietud no duró mucho, ya que el ángel le dijo: «En verdad, yo soy un Mensajero de tu Señor para otorgarte un niño puro.» [78] Esta frase calmó el corazón puro de María (P) como agua que apaga el fuego. [79]
Sin embargo, esta paz no duró mucho, ya que nuevamente se preocupó y dijo: “¿Cómo tendré un hijo si no me ha tocado ningún ser humano y no he perdido mi castidad?” [83], [84]
Quizás pensaba en razones normales, considerando que para que una mujer tenga un hijo, solo hay dos posibilidades: casarse o caer en pecado, algo que ella nunca había hecho. [85]
Pero pronto la tormenta de su preocupación se calmó nuevamente al escuchar otra palabra del ángel de Dios, quien le dijo a María (P): "Así ha dicho tu Señor: ¡Eso es fácil para Mí!" [87]
Finalmente, María (P) quedó embarazada y el niño prometido fue concebido en su vientre. “Así que ella le concibió y se retiró con él a un lugar apartado.” [90], [91]
En medio de este estado de miedo y esperanza, a veces se preguntaba cómo sería aceptado su embarazo, ¿quién creería que una mujer podía quedar embarazada sin un marido? ¿Qué haría con esta situación? [92] Pero, por otro lado, sabía que este niño era el profeta prometido de Dios y un gran regalo del cielo. [93]
¿Cómo nació Jesús (P)?
El período de embarazo de María (P) estaba llegando a su fin. Aunque en esta etapa las mujeres suelen buscar la ayuda de familiares y amigos para el nacimiento de su bebé, la situación de María (P) era excepcional. Ella nunca deseó que nadie presenciara su embarazo, así que, al comenzar los dolores del parto, decidió salir del templo y dirigirse hacia el desierto. [94] En este contexto, el Corán menciona: “Los dolores del parto la llevaron junto al tronco seco de una palmera.” [96]
Frente a esta situación, una profunda tristeza y pena invadieron el ser de María (P). No era solo el miedo a las calumnias futuras lo que oprimía su corazón; también enfrentaba otros problemas y sufrimientos. Se encontraba sola, sin partera, amiga o asistente, en un desierto solitario, sin un lugar donde descansar, agua para beber o comida para alimentarse [97]. Además, la falta de un lugar seguro para cuidar a su recién nacido la llenaba de temor. [98]
Sin embargo, este estado de angustia no duró mucho. Un rayo de esperanza, que siempre había estado latente en lo más profundo de su corazón, comenzó a brillar. En ese instante, el bebé empezó a hablarle a su madre, diciéndole: "
“Entonces, él la llamó desde debajo de ella: «No estés triste por mi causa. Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyo. Mueve hacia ti el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros recién cortados.» «Así que come y bebe y alegra tus ojos. Y si ves a algún ser humano dile: En verdad, he hecho voto al Clementísimo de ayunar, por tanto hoy no hablaré con nadie.» [106] [107]
Así nació Jesús (P), el Mesías Prometido, en Palestina, y desde ese lugar comenzó la difusión de la religión de Dios." [108]
La similitud entre la creación de Jesús (P) y Adán (P)
Dios Todopoderoso dice en el Sagrado Corán: “Ciertamente el ejemplo de (la creación de) Jesús ante Dios se asemeja al ejemplo de (la creación de) Adán. Él lo creó de barro y luego le dijo: «¡Sé!» y es! .” [109] [110]
Dios afirma que la creación de Jesús (P) es igual a la creación de Adán (P). Mientras que Jesús nació sin padre, Adán nació sin madre ni padre. Dios lo formó del barro y, tras ello, le ordenó existir, y así fue creado en el mismo instante. [111]
Este versículo busca responder a la pregunta: “¿Tenía Adán (P) un padre?” Su creación fue más compleja que el nacimiento de Jesús, ya que no contaba con padre ni madre. El mismo Dios que creó a Adán sin padres también pudo crear a Jesús, hijo de María (P), sin padre. [112]
Tales cosas no son difíciles ante los ojos de Dios. En el momento en que Dios desea algo, es creado. Por lo tanto, la creación de las criaturas, ante los ojos de Dios, es tal que no hay distinción entre lo pequeño y lo grande; no existe diferencia entre facilidad y dificultad. Si Dios decide crear un mundo como el actual, con innumerables galaxias y estrellas de tamaño asombroso, será creado tan pronto como Él lo ordene. [115]
La caída de los ídolos en el día del nacimiento de Jesucristo (P)
En las fuentes históricas, hay una narración significativa sobre los eventos que rodearon el nacimiento de Jesús (P). En un hadiz se menciona: Cuando nació el Mesías (P), los demonios se presentaron ante su líder, Iblis, y le dijeron: “Hoy los ídolos han sido derrocados.” Iblis respondió: “Debe haber ocurrido un evento importante; quédense aquí mientras investigo y regreso.” Iblis recorrió la tierra y no encontró nada, excepto al niño Jesús (P) rodeado de ángeles. Regresó y le dijo a sus demonios:
“Anoche nació un profeta. Ninguna mujer ha concebido y dado a luz sin que yo estuviera presente, excepto esta; después de esto, la idolatría no prosperará. Sin embargo, para desviar a los hijos de Adán, utilicen las armas de ‘la prisa’ y ‘acciones imprudentes’ para perturbar sus vidas.” [116], [117]
La convivencia del Islam con los seguidores de otras religiones celestiales
Es importante destacar que los verdaderos creyentes son aquellos que siguen el monoteísmo puro, un monoteísmo que no se mezcla con el politeísmo de ninguna manera. [118] El Islam nos enseña a no hacer distinciones entre los profetas de Dios y a respetar la religión de todos ellos, ya que los principios de la religión verdadera son consistentes en todas partes. Moisés (P) y Jesús (P) ambos predicaban la religión monoteísta de Abraham (P). Sin embargo, a lo largo de la historia, su religión fue distorsionada por seguidores ignorantes y se mezcló con el politeísmo. Esta afirmación resalta la importancia de seguir la última religión celestial, es decir, el Islam, que fue revelado por Dios para este tiempo. [119]
Así, el Islam presta especial atención a la convivencia pacífica con los cristianos y otras religiones monoteístas. El honor y la gloria del Islam promueven la coexistencia y el buen trato hacia los seguidores de otras religiones celestiales, siempre que se basen en la paz, la amistad y el respeto. Por ello, el Islam aconseja a los musulmanes que mantengan la lógica, la cortesía y la justicia en sus diálogos con cristianos y judíos, guiando así a otros hacia la religión del Islam. [120] [121]
Notas
[1] Héroe del Tawhid, Interpretación de versículos relacionados con el Profeta Ibrahim (P); Página 12.
[2] Ver: Sura Ale-‘Imran; Versículos 35 al 60, Sura Maryam; versículos 16 al 36.
[3] Ética islámica en Nahy al-Balaqa; volumen 1; Página 515.
[4] Héroe del Tawhid, Interpretación de versículos relacionados con el Profeta Ibrahim (P); Página 12
[5] Los versículos del Wilayat en el Corán; Página 202.
[6] Ver: Sura Ale-Imran, versículos 35-36.
[7] Tafsir Nemune; Tomo 2. página 526.
[8] Tafsir Nemune, volumen 2, página: 522.
[9] Ibíd.
[10] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 37.
[11] Tafsir Nemune, volumen 2, página: 527.
[12] Ibíd; Página 528.
[13] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 37.
[14] Tafsir Nemune, volumen 2, página: 527.
[15] Ibíd; pág.528.
[16] Ibíd.
[17] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 37.
[18] Tafsir Nemune, volumen 2, página: 528.
[19] Ibíd.
[20] Ver: Tafsir Nemune, vol. 2, página 544.
[21] Ibíd; Página 528.
[22] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 37.
[23] Ibíd.
[24] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 530.
[25] Mayma al-Bayan; Tomo 2, página 436.
[26] Ética en el Corán; volumen 1; Página 167.
[27] El mensaje del Corán; volumen 8; Página 263.
[28] Ver: Sura Ale-Imran; Versículos 42-43 y los primeros versículos de la Sura Maryam.
[29] Zahra (la paz sea con ella), la mejor dama del mundo; Página 65.
[30] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 37.
[31] Ver: Sura Ma'idah; versículo 75.
[32] Zahra (la paz sea con ella), la mejor dama del mundo; Página 65.
[33] Selección de Tafsir Nemune; volumen 1; Página 282.
[34] Ver: Sura Ale-Imran; Versículo 42.
[35] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 541.
[36] Ibíd.
[37] Ibíd; Página 542.
[38] Ibíd.
[39] Ver: Sura Tahrim, versículo 12.
[40] Bellos ejemplos del Corán; volumen 2; Página 307.
[41] Ver: Sura Maryam, versículo 23.
[42] El mensaje del Corán; volumen 8; Página 263.
[43] Bellos ejemplos del Corán; volumen 2; Página 308.
[44] Ver: Sura Tahrim, versículo 12.
[45] Ver: Sura Tahrim, versículo 12.
[46] Bellos ejemplos del Corán; volumen 2; Página 309
[47] Ver: Sura Tahrim, versículo 12.
[48] Bellos ejemplos del Corán; volumen 2; Página 309
[49] Ibíd.
[50] Ibíd; Página 311.
[51] Mayma al-Bayan; Volumen 10; Página 320.
[52] Bellos ejemplos del Corán, volumen 2, página 312.
[53] Ver: Sura Ale-Imran; Versículos 45-46.
[54] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 547.
[55] Ibíd.
[56] Ibíd; Página 548.
[58] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 548.
[59] Ibíd; Página 549.
[60] Ver: Sura Ale-Imran, versículo 47.
[61] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 551.
[62] Ibíd.
[63] Ver: Sura Ale-Imran, versículo 47.
[64] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 551.
[65] Ibíd.
[66] Ibíd; página 552.
[67] Ver: Sura Ale-Imran, versículo 47.
[68] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 552.
[69] Ibíd.
[70] Ver: Sura Ale- Imran, versículo 40.
[71] Tafsir Nemune; volumen 2; Página 552.
[72] Ver: Sura Maryam, versículo 17.
[73] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 33.
[74] Ibíd; página 34.
[75] Ver: Sura Maryam, versículo 18.
[76] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 34.
[77] Ibíd.
[78] Ver: Sura Maryam, versículo 19.
[79] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 34.
[80] Ver: Sura Maryam, versículo 19.
[81] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 34.
[82] Ibíd.
[83] Sura Maryam, versículo 20.
[84] Tafsir Nemune, volumen 13, página 35.
[85] Ibíd.
[86] Ver: Sura Maryam, versículo 21.
[87] Tafsir Nemune, volumen 13, página 35.
[88] Ver: Sura Maryam, versículo 22.
[89] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 39.
[90] Ver: Sura Maryam, versículo 22.
[91] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 39.
[92] Ibíd.
[93] Ibíd; página 40.
[94] Ibíd; página 41.
[95] Ver: Sura Maryam, versículo 23.
[96] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 41.
[97] Ibíd.
[98] Ibíd.
[106] Ver: Sura Maryam, versículos 24-26.
[107] Tafsir Nemune; Volumen 13; Página 42.
[108] Los secretos del atraso de Oriente, pág. 41
[109] Ver: Sura Ale-Imran, versículo 59.
[110] Bellos ejemplos del Corán; volumen 1; Página 171.
[111] Ibíd.
[112] Ibíd; página 172.
[114] Bellos ejemplos del Corán; volumen 1; Página 172.
[115] Ibíd.
[116] Al-Mahayya al-Bayda; volumen 5; Página 61.
[117] Ética en el Corán; volumen 2; Página 421.
[118] Tafsir Nemune; volumen 1; Página 468.
[119] Ibíd.
[120] El mensaje del Corán; volumen 10; Página 357.
[121] Ibíd; Página 358.