El mes de Safar está marcado por una serie de eventos trágicos en la historia del Islam, que incluyen el cautiverio de la familia del Imam Husain (P) y su entrada a Sham [1], culminando con el martirio de Ruqayyah, hija del Imam Husain (P). El quin to día de Safar coincide con el aniversario del martirio de la pequeña de tres años, Ruqayyah (P), en las ruinas de Damasco. [2] [3]
Ruqayyah hija de Husain (P) en los registros históricos
Las fuentes históricas proporcionan numerosos informes sobre la existencia de Ruqayyah como una de las hijas del Imam Husain (P), además de la ubicación de su santuario en Damasco [4] [5]. La historia del fallecimiento de una hija del Imam Husain (P) en las ruinas de Sham (Damasco) es un tema recurrente en los libros de historia [6] [7]. Si bien el nombre de esta niña se ha mencionado de diferentes maneras en algunos de estos relatos [8], las fuentes más auténticas y reconocidas la identifican como Ruqayyah [9] [10].
El historiador Muhammad Ibn Talha al-Shafe’i menciona que el Imam Husain (P) tuvo cuatro hijas, entre ellas Ruqayyah. Ibn Fandaq, en su obra "Lubab al-Ansab", escribe: "Después del suceso de Ashûra, no sobrevivieron los hijos del Imam Husain (P), excepto el Imam Sayyad (P), Fátima, Sukainah y Ruqayyah".
El santuario atribuido a Ruqayyah [11] se encuentra en Damasco y es visitado anualmente por miles de peregrinos [12]. Seyyed Mohsen Amin, en su libro “A’yan Al-Shi'a”, también menciona a Ruqayyah, hija de Husain, y confirma la ubicación de su tumba en Damasco [13].
Ruqayyah en la historia de Ashûra
Se narra que, tras la pérdida de sus compañeros, el Imam Husain (P) se dirigió a la tienda para despedirse de sus hermanas, esposas e hijos. En ese momento, el Imam Sayyad (P), enfermo, se levantó con la ayuda de un bastón al escuchar la voz de su padre. Sin embargo, no tenía la fuerza suficiente para empuñar la espada. Al verlo, el Imam Husain (P) le pidió a Ummi Kulzum que lo llevara de vuelta a la tienda, para que la tierra no quedara desprovista de la descendencia del Profeta (PBD). El Imam Husain dejó a su hijo Sayyad (P) su último testamento y los secretos del Imamato, preparándolo para asumir esta responsabilidad [17] [18].
Luego, el Imam (P) se despidió de sus familiares, diciendo: "¡Hermanas de mi alma, Umm Kulzum, Zaynab! ¡Oh Ruqayyah, Fátima y Rubab! escuchad mi última súplica. Cuando la espada caiga, cuando el martirio me reclame, os lo ruego con el corazón en la mano: no os entreguéis a la desesperación. No destrocéis vuestros collares, no os desfiguréis el rostro. Recordadme con amor, recordadme con honor." [19]
En sus últimas palabras con sus seres queridos, incluida Ruqayyah (P), el Imam Husain (P) les encomendó seguir al Imam Sayyad (P) como el próximo sucesor del Profeta (PBD), quien debía continuar la bendita cadena del Imamato [20].
El Seyyed Ibn Tawus, al relatar los eventos del día de Tasu’a, señala que el Imam Husain (P) habló con las mujeres de su familia para consolarlas y aliviar su dolor. Escribe que el Imam (P) se dirigió a Zaynab (P), Ruqayyah (P), Sukaynah (P) y Fátima (P), instándolas a la paciencia [21] [22].
Ruqayyah (P) del cautiverio al martirio
Ruqayyah, hija del Imam Husain (P), a pesar de su corta edad, fue tomada prisionera junto con la honorable señora Zaynab (P), Umm Kulzum [24], Fátima, hija del Imam Alí (P), Fátima hija del Imam Husain (P), Sukaina, Rubab, la esposa del Imam Husain (P), y Ramla, la madre de Qasim y esposa del Imam Hassan (la paz sea con él) [28] [29].
Se narra que Umar Ibn Sa'ad no respetó la santidad de la familia del Profeta (PBD) y los llevó a Kufa como prisioneros de guerra. Durante el viaje a Kufa y Sham, los soldados de Yazid ataron las manos de los cautivos y maltrataron a las mujeres a la vista de los hombres [30].
La historia del martirio de Ruqayyah
Muhaddiz Qomi, y el autor del libro Kamil Baha’i, narran el incidente de la siguiente manera:
En medio del caos y la desolación de Karbalá, las mujeres cautivas de Ahlul-Bait (P) intentaban proteger a los niños de la brutal realidad. Ocultaban la verdad sobre el martirio de sus padres, inventando historias de viajes y promesas de regreso. Pero la verdad, como una llama inextinguible, encontró su camino.
En el palacio de Yazid, una niña, apenas con cuatro años de edad, despertó de su sueño atormentada por una visión. "¿Dónde está mi padre Husain? ¡Lo vi en mi sueño muy angustiado!", clamó. [31]
El lamento de la niña desató una ola de llanto y gritos entre las mujeres y los niños, un eco de dolor que llegó hasta el propio Yazid. [32] Interrumpiendo su sueño, Yazid, impulsado por la crueldad, ordenó un acto de horror que marcó el destino de la pequeña Ruqayyah: "¡Traed la cabeza de su padre y colocadla al frente de ella!"
Ante la cabeza del Imam Husain (P), la niña, preguntó con inocencia: “¿Qué es esto?” La respuesta, una puñalada al corazón: "Es la cabeza de tu padre." En ese instante, la fragilidad de la niña sucumbió al dolor. Temblores, gritos, y finalmente, el cese de la vida. [33]
Otros relatos, con una fuerza dramática aún mayor, pintan un cuadro aún más desgarrador:
Se dice que la cabeza del Imam (P) fue presentada a Ruqayyah envuelta en una tela de seda. "¿De quién es esta cabeza?", preguntó, con la voz de una niña que aún no comprende la magnitud de la tragedia. La respuesta, una sentencia de sufrimiento eterno: "¡Es la cabeza de tu padre!" Entonces, la niña tomó la cabeza en sus brazos y pronunció palabras que resuenan a través de la historia:
"¡Padre mío! ¿Quién osó atentar contra tu vida? ¿Quién me ha arrebatado la infancia y me ha dejado huérfana? ¡Oh, padre, padre! ¿Quién protegerá ahora a los desamparados? ¿Quién guiará a las mujeres débiles? ¡Ay, padre amado, desearía haberme ofrecido como sacrificio en tu lugar! Preferiría estar ciega, preferiría haber muerto antes que presenciar este horrendo espectáculo: tu rostro bañado en sangre." [34]
Un beso final, un llanto desgarrador y luego, la inconsciencia.
Cuando intentaron despertarla, la realidad se hizo palpable: su alma había volado, liberada del sufrimiento terrenal. [35] [36]
La influencia de Ruqayyah en los eventos posteriores a Ashûra
A veces, en momentos cruciales, una persona puede realizar actos de inmensa trascendencia, incluso en un lapso de tiempo muy breve. Consideremos, por ejemplo, el evento de Laylat al-Mabit, la noche en que el Profeta (PBD) planeó emigrar de La Meca a Medina. El Imam Alí (P), arriesgando su vida, permaneció en el lecho del Profeta (PBD) durante una sola noche, pero su sacrificio fue tan grandioso para el Islam que algunas aleyas del Corán atestiguan esta abnegación. Del mismo modo, las hazañas del Imam Alí (P) en las batallas de Jandaq y Jaybar, aunque concentradas en un corto período, ejercieron una influencia significativa en la historia. [37]
De manera similar, los mártires de Karbala forjaron la más grande epopeya de la humanidad en tan solo unas horas de sus vidas. [38]
Bajo esta perspectiva, si consideramos los eventos del cautiverio de la familia del Imam Husain (P), y particularmente el martirio de Ruqayyah (P) en Sham, descubrimos que, en el transcurso de una sola noche, ella marcó un hito crucial en la historia del Islam. Este evento debilitó los pilares del gobierno de Yazid en Sham y expuso la verdadera naturaleza de aquellos gobernantes opresores. [41] [42] [43]
Ruqayyah (P), la pequeña mensajera de Ashûra
Indudablemente, aquellos que derraman lágrimas por el martirio de Ruqayyah demuestran su apoyo al Imam Husain (la paz sea con él), abrazando los mismos ideales que impulsaron su movimiento y siguiendo su escuela de pensamiento. Esta conexión se manifiesta en sus consignas, poemas y epopeyas. Las lágrimas derramadas por el martirio del Imam Husain (P) y sus compañeros, especialmente por el trágico destino de su hija Ruqayyah, son, en esencia, una declaración de lealtad a los sagrados objetivos del Imam Husain (P). [44]
Finalmente, cabe destacar que, al ser conducidos los cautivos de Karbala a las ruinas de Sham, el palacio de Yazid ostentaba una gran magnificencia. [47] Sin embargo, tras el martirio de la niña de tres años, hija del Imam Husain (P), en las ruinas de Sham, a un lado del lujoso palacio de Yazid, por voluntad divina, el palacio de Yazid fue gradualmente destruido, quedando reducido a escombros. En contraste, la tumba de aquella niña se convirtió en un gran santuario, que perdura hasta nuestros días. [48] Así, las mismas ruinas son ahora un lugar de peregrinación para los amantes de Ahlul-Bait (P), mientras que no ha quedado rastro alguno del palacio de Yazid ni de su tumba, ni de la tumba de su padre Mu'awiya. [49] [50]
Al contemplar la historia de esta niña, observamos que Ruqayyah (P) triunfó al permanecer victoriosa en los corazones de los creyentes, incluso después de 1400 años, mientras que los omeyas fueron derrotados y olvidados en la historia. Aquí radica la comprensión de que lo que es para Dios y en el camino de Dios es eterno, mientras que lo que pertenece al mundo y a Satán, perecerá pronto. [51]