اللهُمَّ اغْسِلْنى فيهِ مِنَ الذُّنُوبِ، وَطَهِّرْنى فيهِ مِنَ الْعُيُوبِ، وَامْتَحِنْ قَلْبى فيهِ بِتَقْوَى الْقُلُوبِ، يا مُقيلَ عَثَراتِ الْمُذْنِبينَ
al-lâhumma-gsilnî fîhi mina-dh dhunûb ua tahhirnî fîhi minal ‘uiûb uamtahin qalbî fîhi bitaquâl qulûb iâ muqîla ‘azarâtil mudhnibîn
¡Oh, Dios mío, lávame en este día limpiándome de todos los pecados, purifícame en este día de mis defectos, y prueba mi corazón en este día colocándolo en el rango de los corazones devotos! ¡Oh, Quien perdona los deslices de los pecadores! [1]
Entre los más importantes puntos de la súplica del vigésimo tercer día del mes de Ramadán se encuentran los siguientes:
- La limpieza de los pecados.
- La purificación de los defectos.
- La piedad como prueba divina.
¿Cómo limpiarse de la contaminación del pecado?
Leemos en la súplica de este día: “¡Oh, Dios mío, lávame en este día limpiándome de todos los pecados!”
Ramadán es el mes de la fiesta de Dios y nosotros estamos invitados a esta fiesta. Cuando una persona quiere ir a una fiesta, primero se ducha y se pone ropa limpia, de la misma manera, nosotros para ir a la fiesta de Dios debemos quitar las suciedades del pecado a través del arrepentimiento. [2] [3]
Con respecto al tema del arrepentimiento, existen muchos hadices en las fuentes Islámicas. Se ha narrado que el Profeta Muhammad (PBD) dijo en una narración:
“La persona que verdaderamente se arrepiente tiene cuatro señales: Obra sinceramente por Dios, abandona el mal, sigue la verdad y anhela hacer el bien.”
También se ha narrado en otro hadiz:
“Por cierto que la mayoría de los lamentos de la gente del fuego provendrán del hecho de haber aplazado (el arrepentimiento).”
Existe otro hadiz narrado por el Imam Baqir (P) que dice:
“El que se arrepiente del pecado es como aquel que no tiene pecado.” [4]
La oración elimina los pecados
Cuando una persona se prepara para la oración, se limpia, se aleja de cualquier cosa ilícita y con el cuerpo puro y el alma pura se dirige hacia Dios. Según el Corán, la realización de la oración aleja al ser humano del pecado y los vicios. [5]
Por medio de la oración, los pecados pueden ser perdonados y el orante podría recibir la Misericordia de Dios. Puesto que es necesario para el ser humano limpiar su cuerpo, también le es esencial quitarse la suciedad de los pecados que han cubierto su corazón.
La oración es una barrera que evita los pecados próximos, ya que fortalece la fe y aumenta la piedad en el corazón del ser humano. Se ha mencionado en algunas narraciones de los Imames Infalibles (P) que las personas que están acostumbradas a cometer pecados, al realizar la oración, alcanzan un medio para arrepentirse y reformar sus vidas. [6] [7]
Por supuesto, para obtener los beneficios de la oración y sus efectos espirituales la persona debe tratar de realizarla de forma correcta observando todas sus leyes y condiciones. [8]
¡Oh Dios! purifícame en este día de mis defectos
El Islam siempre aconseja a los creyentes que en vez de buscar los defectos de los demás, en primer lugar descubran sus propios defectos y que traten de eliminarlos. De hecho, si una persona este consciente de sus propios defectos y faltas, no criticara a los demás por los defectos que poseen. [9]
El creyente, en primer lugar debe estar preocupado por sus propios errores. Si algún día logra corregirlos, puede preocuparse acerca de los errores de los demás con la intención de reformarlos, no solamente para criticarlos. [10]
De hecho, el hombre naturalmente ignora sus propios defectos debido a su orgullo. El orgullo impide que la persona conozca sus propios vicios morales. A veces, nos encontramos con personas que siempre tratan de justificar sus malas cualidades, y de esta manera cierran sus ojos frente a la realidad. [11]
Además, el hecho de que alguien confiese sus defectos y errores requiere coraje, valentía y honestidad. [12]
La piedad y la prueba divina
En la última parte de esta suplica recitamos: “¡Oh Dios, prueba mi corazón en este día colocándolo en el rango de los corazones devotos!”
Según los teólogos, el objetivo de la creación de la bondad y la maldad, es poner al hombre a prueba. Dios prueba la fe de la gente a través de las tentaciones de Satanás. En otras palabras, la buena conducta del hombre, su piedad y su resistencia contra el pecado todos son factores que evalúan la piedad del hombre en la prueba divina. [13]
Si el hombre resiste contra los pecados, y obedece a Dios bajo cualquier condición, saldrá exitoso de esta prueba.[14]
Notas
[1] Mafatih Nowin, p. 816.
[2] Anwar Hedayat, p. 98.
[3] Los discursos de los infalibles (P); c 2; p. 121.
[4] Al-Mahyat Al-Baidâ’; Wasâ’il Ash-Shî‘ah, tomo 16, pág. 74.
[5] La ética en el Corán; 1; p. 246.
[6] Ibíd. tomo. 9; p. 269.
[7] Ciento ochenta preguntas y respuestas, pág. 410.
[8] Tafsir Nemune; tomo 16; p. 285.
[9] Ibíd. p. 14; p. 781.
[10] Ibíd. 5; p. 553.
[11] La ética en el Corán; 1; p. 322.
[12] Ibíd. P. 333.
[13] Palabras en Tafsir Nemune, p. 70.
[14] Tafsir Nemune, tomo 14, p. 98.
Publicado por la Oficina del Ayatolá Makarem Shirazi
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