Súplica del decimonoveno día de Ramadán comentada por el Ayatolá Makarem Shirazi

mayo 22, 2019
1967

Texto árabe de la súplica, Audio, Transliteración, Traducción Español, Comentario del Ayatolá sobre la súplica‌

اللهُمَّ وَفِّرْ فيهِ حَظّى مِنْ بَرَكاتِهِ، وَسَهِّلْ سَبيلى الى خَيْراتِهِ، وَلاتَحْرِمْنى قَبُولَ حَسَناتِهِ، يا هادِياً الَى الْحَقِّ الْمُبينِ

al-lâhumma uaffir fîhi hadzî mim barakâtih ua sahhil sabîlî ilâ jairâtih ua lâ tuhrimnî qabûla hasanâtih iâ hâdian ilal haqqil mubîn

¡Oh, Dios mío, acrecienta la porción que me corresponde de las bendiciones de este día, facilita mi camino hacia todo lo bueno que hay en él y no me prives en este día de aceptar sus bendiciones! ¡Oh, Guía de la verdad clara! [1]

Entre los más importantes puntos de la súplica del decimonoveno día del mes de Ramadán se encuentran los siguientes:

Bendiciones del mes de Ramadán, el mes de Dios;
los criterios para la aceptación de las obras.

Bendiciones del mes de Ramadán, el mes de Dios

En la primera parte de esta súplica pedimos a Dios: “¡Oh, Dios mío, acrecienta la porción que me corresponde de las bendiciones de este día!”

En las narraciones islámicas se han mencionado muchas bendiciones correspondientes al mes de Ramadán, entre ellas:

Ramadán es uno de los nombres de Dios.[2]
Si el valor de este mes fuera conocido por la gente, todos desearían que todo el año fuera Ramadán.[3]
Ramadán es el mes del perdón. Si los pecados no son perdonados en este mes, no hay más esperanza para recibir el perdón de los pecados en otros meses del año. [4]
Es el mes de la revelación de los libros celestiales.[5]
Es el mes de Dios.[6]
Es el mes de la misericordia y el perdón divino.[7]
Es el mes en el que se queman los pecados. [8]
Ramadán es el mes de la apertura de las puertas del cielo.[9]
Es el mes donde se aumentan las recompensas. [10]
Es la primavera del Corán.[11]
Es el mes del cierre de las puertas del Infierno.
Es el mes de la apertura de las puertas del Paraíso.
Es el mes del encadenamiento de los demonios. [12]

Se ha narrado un hadiz del Imam Sadiq (P) donde dijo: "El sueño del ayunante es adoración, su silencio es considerado glorificación a Dios, su práctica es aceptada y su súplica es respondida.” [13] [14]

Reflexionando sobre las palabras luminosas del Imam (P), entendemos que cuando el sueño del ayunante es considerado un acto de adoración y tiene recompensa, sus actos de adoración deben tener muchas veces más recompensa y virtud. [15]

Si el mendigo no pide ¿qué culpa tiene el dueño?

Para beneficiarse más de las bendiciones materiales y espirituales del sagrado mes de Ramadán, el creyente no solo debe ayunar, sino que debe evitar los pecados, Generalmente, si alguien está invitado por una personalidad importante, trata de presentarse ante él de la forma más cordial y respetuosa, vistiendo las ropas más bonitas y limpias. De la misma manera, cuando una persona está invitada a la fiesta de Dios, debe purificarse de la contaminación de los pecados. [16] [17]

De hecho, Dios, el Más Generoso, ha proporcionado abundantes bendiciones para Sus siervos en este mes, [18] pero desafortunadamente, hay muchas personas que parecen estar en el camino de Dios, pero debido a la debilidad de su fe, no reciben un resultado favorable del ayuno. De hecho, ellos mismos a veces son negligentes en pedir y buscar estas bendiciones. Al respecto existe un refrán que dice: “Si el mendigo no pide ¿Qué culpa tiene el dueño?” [19]

¿Cuáles son los criterios para la aceptación de las obras?

La condición para la aceptación de los actos ante Dios es la "fe". La fe es un signo de obediencia al mandato de Dios y Su Profeta (PBD). Por otro lado, la falta de fe, y el politeísmo son las causas del rechazo de los actos.

La otra condición es la intención sincera del creyente. Si alguien realiza un acto de adoración, o un acto de caridad para gustar a la gente, u otros propósitos fuera de la complacencia de Dios, este acto no será aceptado.

Y finalmente, un requisito importante para la aceptación de las obras es la piedad y el temor a Dios. Leemos en el Sagrado Corán, que cuando Abel y Caín, los hijos de Adán (P) fueron ordenados a ofrecer un sacrificio ante Dios, el sacrificio de Abel fue aceptado pero el de Caín fue rechazado, y cuando Caín protestó, Abel le dijo: “Dios solo acepta las obras de los que son temerosos de Él” (5: 27)

Por otro lado, cuando el hombre realiza actos de adoración, como la oración y el ayuno, debe hacerlos solamente para obtener la Complacencia de Dios, no por otros propósitos, también debe realizar estos actos de la misma manera que el Profeta (PBD) y los Imames Infalibles (P) nos han enseñado, y así inshallah su acto será aceptado. [20]