أَللَّهُمَّ طَهِّرْنِى فيهِ مِنَ الدَّنَسِ وَالْأَقْذارِ، وَصَبِّرْنى فيهِ عَلى كائناتِ الْأقْدارِ، وَوَفِّقْنى فيهِ لِلتُّقى وَ صُحْبَةِ الْابْرارِ، بِعَوْنِكَ يا قُرَّةَ عَيْنِ الْمَساكين
al-lâhumma tahhirnî fîhi mina-d danasi ual aqdhâr ua sabbirnî fîhi ‘alâ kâ’inât-il aqdâr ua uaffiqnî: fîhi lit-tuqâ ua suhbatil abrâr bi’aunika iâ qurrata ‘ainil masâkîn
¡
¡Oh, Dios mío, purifícame en este día de las vilezas e impurezas y hazme paciente frente al destino! Hazme lograr en este día la devoción y la compañía de los justos. Por tu auxilio, ¡Oh, Luz de los ojos de los indigentes! [1]
Entre los más importantes puntos de la súplica del decimotercer día de Ramadán se encuentran los siguientes:
- Ramadán, el mes de la purificación del alma;
- Sumisión ante la voluntad de Dios;
- La compañía de los justos.
Ramadán, el mes de la purificación del alma
En esta suplica, empezamos nuestra petición a Dios diciendo: “¡Oh, Dios mío, purifícame en este día de las vilezas e impurezas”.
Como el cuerpo humano necesita limpiarse para eliminar la suciedad y la contaminación del cuerpo, el alma humana también necesita purificación para eliminar la contaminación del pecado. [2] El mes de Ramadán es la fiesta de Dios, a la cual Dios ha invitado a los creyentes. Si alguien va a ir a una fiesta, se pone ropa limpia y apropiada. Ahora, para ir a la fiesta de Dios, también es necesario purificarse a través del arrepentimiento y quitarse la ropa sucia del pecado.[3]
Esto muestra que el sagrado mes de Ramadán es una oportunidad de oro para lavar los pecados y lograr el perdón divino.
Particularmente, las noches del mes sagrado de Ramadán se deben aprovechar para realizar vigilia, adoración y pedir perdón a Dios.[4] Los corazones que se han puesto oscuros debido a los pecados, se pueden iluminar con la chispa del arrepentimiento y la luz de las obras buenas que se realizan en este mes.[5]
A este respecto, se ha narrado que el Mensajero de Dios (PBD) dijo:
“Ciertamente que Dios, Bendito y Elevado Sea, hace descender un ángel al cielo del mundo (material) cada noche en el último tercio de la misma, y en la noche del viernes al principio de la misma, y le ordena que proclame: “¿Acaso hay alguien que pida algo, de forma que se lo otorgue? ¿Acaso hay algún arrepentido de forma que se le acepte su arrepentimiento? ¿Acaso hay quien pida perdón de forma que lo perdone?”[6]
Después de lavar el corazón mediante el arrepentimiento, el alma estará lista para acercarse a Dios y recibir Sus bendiciones en este mes. [7]
¿Cómo purificarse el alma?
Para purificarse el alma, hay que tomar los siguientes pasos:
- Conocer los vicios morales que se encuentran en nuestro ser.
- Tratar de eliminar nuestros vicios morales (tales como la envidia, la mentira, el chisme, etc.)
- Alejarnos de los malos pensamientos;
- Alejarnos de cualquier factor que nos extravía del camino correcto (como las películas inapropiadas y el mal contenido de las redes sociales);
- Tratar de pensar bien con respecto a otras personas y dejar el rencor y la hostilidad. [8]
Se ha narrado que si alguien durante cuarenta días queda cauteloso con respecto a sus acciones, y trata de hacer cualquier cosa por Dios y para obtener Su complacencia, Dios le otorgara la luz de sabiduría en su corazón. [9] El alma es como un recipiente, que a veces se contamina, entonces, para llenarlo del agua pura de la sabiduría divina, hay que lavarlo y limpiarlo de cualquier contaminación. [10]
Sumisión ante la voluntad de Dios
“¡Oh Dios! hazme paciente frente al destino.”
En las narraciones islámicas, se afirma que si una persona es paciente ante las dificultades y las calamidades, Dios lo recompensará, pero si es desagradecida y pierde su paciencia, no tendrá recompensas por las dificultades que ha sufrido.[11]
Por lo tanto, es necesario que los creyentes eviten las emociones incontroladas [12] y que no sean desagradecidos ante Dios por las dificultades de la vida. Esto quiere decir que en las difíciles condiciones de la vida, el hombre debe tener cuidado de no decir nada en contra de la voluntad de Dios, sino que siempre debe mostrar su consentimiento por los que Dios le ha otorgado. [13]
Esto no quiere decir que el musulmán no deba mostrar sus emociones. El Islam nunca rechaza los sentimientos y las emociones humanas, siempre y cuando no rompan las leyes de Dios y no se conviertan en una forma de rebeldía ante Su Señorío. [14]
Compañía de los justos
¡Oh Dios! Hazme lograr en este día la devoción y la compañía de los justos.
La reflexión en los versículos del Sagrado Corán [15] muestra que "los justos" no son la gente común, sino que son personas devotas y piadosas que han llegado a la posición más cercana a Dios; es decir, el Imam Alí (P), la honorable señora Fátima (P) y sus hijos Hasan y Husain (P). Por lo tanto, en esta súplica, al mencionar “la compañía de los justos” pedimos a Dios que nos considere entre los seguidores de los Imames Infalibles (P).[16]
Notas
[1] Mafatih Nowin, p. 814.
[2] Ibíd. p. 999.
[3] Anwar Hedayat, Una colección de problemas éticos, p. 98
[4] Tafsir Nemune, tomo 16, p. 290.
[5] Los bellos juramentos del Corán, p. 168
[6] Bihar Al-Anwâr, tomo 3, pág. 314.
[7] La historia de los compañeros: p. 230.
[8] Ética islámica en Nahj al-Balagah, tomo 1, página 415.
[9] Ibíd. P. 414.
[10] Ibíd. P. 415.
[11] Bihar al-Anwar, tomo. 68, pág. 92.
[12] Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin (P); tomo 41; p. 415.
[13] Ibíd. p. 416.
[14] Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin (P), tomo 13, pág. 173.
[15] Sura al-Infitar, versículos 13 y 14.
[16] Las aleyas del Wilayat en el Corán, p. 234.
Publicado por la Oficina del Ayatolá Makarem Shirazi
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