Es muy desafortunado que la mayoría de los países poderosos que siempre se jactan de ser los únicos protectores de los derechos humanos no tengan restricciones ni límites en el uso de armas en el campo de batalla.
Es muy desafortunado que la mayoría de los países poderosos que siempre se jactan de ser los únicos protectores de los derechos humanos no tengan restricciones ni límites en el uso de armas en el campo de batalla.