El Imam Sadiq (P) y su movimiento científico para revivir la Escuela Shia

El Imam Sadiq (P) y su movimiento científico para revivir la Escuela Shia


Un vistazo a la vida del Imam Sadiq (P)… La autenticidad de los hadices transmitidos por el Imam Sadiq (P)… La cadena de transmisión de sus hadices hasta el Profeta (PBD)… Algunas virtudes del Imam Sadiq (P).‌

El día 17 del mes de Rabi’ al-Awwal del año 83 de la hégira marca el aniversario del nacimiento del Imam Sadiq (P). Este día es conocido entre los shiítas como el día de la felicidad; ya que coincide también con el nacimiento del Profeta Muhammad (PBD).

Un vistazo a la vida del Imam Sadiq (P)

El Imam Sadiq (P) nació en Medina en el año 83 de la hégira (704 D.C.). Según los registros históricos, la fecha de su nacimiento fue el 17 de Rabi' al-Awwal. El Imamato del Imam Sadiq (P) duró 34 años y fue contemporáneo con el Gobierno de Hisham Ibn 'Abd al-Malik, Walid Ibn Yazid, Yazid Ibn Walid, Ibrahim Ibn Walid y Marwan al-Himar. Luego, en el año 132 de la hégira 750 (D.C.), tras el levantamiento de la gente de Jorasán encabezado por Abu Muslim Jorasáni, se estableció la dinastía Abasida y así fue como Saffah alcanzó el poder como el primer califa abasida. Después de él, su hermano Mansur llegó al califato y gobernó durante 22 años. Esta situación política dio lugar a que la gente se refiriese al Imam (P) y aprendiese sus enseñanzas con más libertad. La mayoría de los hadices que existen en las fuentes shiítas han sido transmitidos por el Imam Sadiq (P). El Imam (P) educó a muchos discípulos; de hecho el número de sus alumnos llegó a alcanzar a unas 4.000 personas.

El Imam Sadiq (P) fue martirizado en el décimo año del Gobierno de Mansur. El Imam fue martirizado en Medina en el año 148 de la hégira (765 D.C.) a la edad de 65 años. Según los registros históricos, la fecha de su martirio fue el 25 de Shawwal. Se ha mencionado en las fuentes históricas, que el Imam (P) alcanzó el martirio por envenenamiento. Ibn Shahr Ashub escribe que Mansur, el califa abasida lo envenenó por el rencor que guardaba hacia el Imam (P), ya que temía que la gente se uniera a él. Mansur eliminaba a cualquier persona que amenazaba su poder. Incluso, mató a Abu Muslim Jorasáni quien ayudó en gran medida en el establecimiento de la Dinastía Abasida.[5]

Esfuerzos del Imam Sadiq (P) para preservar y transmitir los hadices auténticos

La era del Imam Baqir (P) y el Imam Sadiq (P) fue la era de la predicación y la expansión de las enseñanzas de Ahlul-Bait (P) en diversos campos. Esta cuestión se veía más durante los tiempos del Imam Sadiq (P) y esto se debía al hecho de que una parte de su período de Imamato coincidió con un espacio político abierto, que resultó por la extinción del gobierno Omeya. El Imam (P) llamó la atención de todos los creyentes hacia Ahlul-Bait (P) y les impidió adherirse a los hadices fabricados por los seguidores de los califas sunitas. Esta fue la razón más importante para la formación de la jurisprudencia shiíta de manera independiente y auténtica, y su importancia ya fue explicada hasta cierto punto en la vida del Imam Baqir (P). En este artículo, echaremos un vistazo en general al papel que jugó el Imam Sadiq (P) en este campo.

El Imam Sadiq (P) dijo en un hadiz:

“¡Oh shiítas! Tened presente las obras del Mensajero de Dios (PBD) y su Sunna y las obras (y la conducta) de los Imames de la familia del Profeta (PBD).” [1]

En otro hadiz, el Imam Sadiq (P) le dijo a Yunus Ibn Zabyan:

“¡Oh Yunus! El verdadero conocimiento está ante nosotros Ahlul-Bait (P), porque nosotros hemos heredado los caminos de la sabiduría y el criterio de distinción entre el bien y el mal.”[2]

Sheij Hurr Amili, en un capítulo de su libro "Wasail al-Shi'a" ha mencionado numerosos hadices en este contexto bajo el título: "El capítulo sobre la obligación de referirse a los infalibles (P) en cuanto a todas las leyes islámicas”. [3]

Aban Ibn Taqlib, uno de los compañeros del Imam Sadiq (P), define la Escuela Shia de la siguiente manera:

Los shiítas son aquellos que, cuando la gente no está de acuerdo con las palabras del Mensajero de Dios (PBD), toman las palabras del Comandante de los Creyentes, Ali (P), y cuando no están de acuerdo con las palabras de Ali (P), adoptan las palabras de Ya’far Ibn Muhammad Sadiq (P).” [4]

El Imam Sadiq (P) narraba sus hadices a sus discípulos y estudiantes; y ellos, tanto los shiítas como los sunitas solían escribir los hadices del Imam (P), con la diferencia de que los sunitas consideraban al Imam Sadiq (P) como un narrador de los hadices del Profeta (PBD) a través de sus padres y abuelos. [6] Pero los discípulos shiítas del Imam (P) Narraban estos hadices bajo el título de “los hadices del Imam Sadiq” sin mencionar la cadena de transmisión que llega al Profeta (PBS); Porque la creencia shiíta en la infalibilidad de los Imames (P) y su Imamato es suficiente para demostrar la validez de las palabras del Imam (P).

“Mi hadiz es el hadiz de mi padre, el hadiz de mi padre es el hadiz de mi abuelo, el hadiz de mi abuelo es el hadiz de Ali Ibn Abi Talib (P) y el hadiz de Ali Ibn Abi Talib (P) es el hadiz del Mensajero de Dios (PBD) y el hadiz del Mensajero de Dios (PBD) es el mandamiento de Dios”. [7]

Abi Bakr Ibn Abi Ayyash narra: Le pregunté a Ya’far Ibn Muhammad (P) si los hadices que solía narrar le fueron trasmitidos por algunos maestros, y el Imam (P) me dijo: “¡No! Más bien, éstas son las narraciones que nos han narrado nuestros padres y abuelos”. [8]

Los Imames Infalibles (P) enfatizaron desde el principio que ellos no han aprendido sus hadices a través de maestros y clases, y que su conocimiento se origina de otra manera. El Imam Alí (P) dice al respecto:

“La buena gente de mi familia son las personas más tolerantes durante su niñez y las más sabias durante su adultez. Nosotros, Ahlul-Bait, nos beneficiamos del conocimiento de Dios y juzgamos de acuerdo con el decreto de Dios y hemos escuchado las palabras del Profeta veraz (PBD). Si nos seguid a nosotros y adoptáis nuestra conducta, seréis guiados por nuestra guía. El estandarte de la verdad está con nosotros, quien lo siga alcanzará la verdad, y quien se aleje de ella se ahogará en el extravío.” [11]

Además, el Imam Sadiq (P) dijo:

“Nosotros los Imames de Ahlul-Bait tenemos cosas, con las cuales no necesitamos pedir nada a la gente, mientras que el pueblo nos necesita a nosotros. Tenemos un libro que el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su familia) explicó y el Comandante de los Creyentes (P) lo escribió. Un libro que contiene todas las normas acerca de cualquier cosa, tanto halal como haram).” [12]

Esta harmonía que existe en los libros de hadices shiítas no existe en absoluto en los libros de hadices sunitas; Porque sus libros están llenos de diferencias de opinión y hadices con contenido contradictorio, que se basan principalmente en las opiniones e ideas de los Sahaba. [13]

Por eso el Imam Sadiq (P) al evaluar el conocimiento de los narradores comunes de su tiempo, dijo:

“Después del Profeta (PBD), otros (fuera de la Shia) siguieron el camino de las naciones anteriores, por lo que cambiaron la religión de Dios y la desviaron de su origen. Le agregaron y le quitaron cosas, por lo tanto, lo que está en sus manos ahora es una versión distorsionada de lo que fue revelado por Dios.” [14]

Las narraciones de los Imames Infalibles (P) han entrado incluso en la jurisprudencia de los sunitas, y muchos de sus eruditos han narrado hadices del Imam Baqir (P) y del Imam Sadiq (P). Incluso se puede decir que en los libros sunitas se encuentran muchos hadices, que son similares a los hadices de Ahlul-Bait (P), a veces en términos de redacción y otras en términos de contenido.

La razón del intenso desacuerdo entre los juristas sunitas fue el hecho de que cada vez que surgía una condición nueva, comenzaban a interpretar los hadices de la manera que les gustaba para recibir nuevas normas, mientras que los shiítas se habían adherido durante mucho tiempo al texto de los hadices de los Imames (P) sin interpretarlos de maneras diferentes. El principal inconveniente en la jurisprudencia sunita era que ellos no tenían suficientes fuentes de hadices a su disposición y también había una gran diferencia entre ellos en términos de contenido, y fueron estas narraciones las que duplicaron el problema. La razón principal de esta falta de fuentes fiables de hadices fue la prohibición de citar y escribir los hadices del Profeta (PBD) durante la época de los califas sunitas. La prohibición de los hadices comenzó desde el período de Abu Bakr y 'Umar, y duró hasta el período de 'Umar Ibn 'Abd al-'Aziz, es decir, durante aproximadamente cien años. Fue de esta manera que los eruditos sunitas resolvieron este gran problema irresoluble al considerar las acciones de los califas sunitas, sus compañeros e incluso sus seguidores como “Sunna”.

Acerca de la falta de autenticidad de las narraciones no shiítas, el Imam Sadiq (P) ha dicho en un hadiz:

“Aquellos que se consideran a sí mismos entre los juristas y eruditos del Islam que han deducido todas las cuestiones jurisprudenciales y religiosas y todo lo que la gente necesita, no saben nada sobre el conocimiento del Mensajero de Dios (PBD) y no les ha llegado nada del propio Mensajero de Dios (PBD), porque cuando se les pregunta acerca de las normas de lo halal y lo prohibido, no hay signos del Mensajero de Dios (PBD) en su respuesta.” [16]

Esta falta de fiabilidad en las narraciones sunitas y su dependencia de las acciones de los Sahaba y sus seguidores causaron naturalmente la debilidad de su jurisprudencia; Porque las diferencias de opinión y gustos entre los Sahaba y los seguidores eran tan grandes que hacía muy difícil reunir sus opiniones y fatwas.

Además de basarse en la conducta de los Sahaba y sus seguidores, los clérigos sunitas también proporcionaron otras fuentes para emitir fatwas, las más importantes de las cuales son Qias e Istihsan, es decir métodos que fueron establecidos basados en la conjetura y argumentos lógicos sin tener bases islámicas. Uno de los clérigos sunitas ha planteado la cuestión de la falta de textos de hadices auténticos en las fuentes sunitas para justificar el uso de Qias en su método de jurisprudencia. [18] La misma opinión fue expresada por el Imam Sadiq [P] en la continuación del hadiz antes mencionado sobre la pobreza de las fuentes de hadices sunitas. El Imam (P) dijo a este respecto:

“Ellos, se avergüenzan de que la gente les atribuya ignorancia y tienen pena de que no puedan responder las preguntas. Como resultado, ingresaron sus propios juicios y el Qias en la religión de Dios y dejaron las obras del Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su familia) y de esta manera recurrieron a la innovación falsa (la Bid’a).” [19]

En esta narración, el Imam (P) consideró que la razón de la tendencia de los juristas sunitas hacia los juicios personales y el Qias era la falta de suficientes narraciones auténticas en sus fuentes de hadices. Esta tendencia era la razón de su alejamiento de los hadices auténticos. De hecho, su búsqueda de una solución para resolver la falta de hadices auténticos los llevó a Qias e Istihsan, y métodos que fueron establecidos basados en la conjetura y argumentos lógicos sin tener bases islámicas. Es claro que tales fuentes de jurisprudencia no podrían guiarlos hacia las leyes del Islam conforme a la conducta y los hadices del Profeta (PBD). El Imam Sadiq (P) adoptó una posición opuesta a tal escuela de jurisprudencia y dedicó la mayor parte de su actividad cultural a oponerse al método de Qias, por lo que se han narrado numerosos hadices en este contexto. Abu Hanifa, el fundador de la escuela sunita Hanafi, estaba entre los que insistía en sus juicios personales y el Qias. Básicamente, su método de jurisprudencia era conocido como la escuela de opiniones personales en Irak. Esto también se debió al hecho de que él, tampoco consideraba correctos los hadices narrados por los narradores sunitas.(20) Abu Bakr Ibn Dawud dice a este respecto: "Los hadices narrados por Abu Hanifa no superan los ciento cincuenta hadices". [21]

La tendencia de Abu Hanifa a abandonar los textos de hadices auténticos fue el resultado de dos razones:

1. En primer lugar, malinterpreta los hadices existentes, lo que le hizo no estar dispuesto a citarlos o referirse a ellos.

2. En segundo lugar, dado que recurrió al Qias e Istihsan, en su opinión tales métodos le hicieron prescindir incluso de los textos de hadices, de modo que en vez de referirse a los hadices, confiaba en sus opiniones personales para dar fatwas. Por esta razón, el Imam Sadiq (P) utilizó todos sus esfuerzos para negar su base del juicio, y el método de Qias e Istihsan.

En la famosa narración sobre el debate del Imam Sadiq (P) con Abu Hanifa, el Imam le advirtió que evitara ingresar el Qias y sus juicios personales en la religión y le recordó en varios lugares que los argumentos basados en Qias no pueden extraer de ninguna manera las leyes de Dios.

Por ejemplo, en uno de estos debates, el Imam le preguntó: “¿Es más grave el adulterio o el asesinato?” Abu Hanifa dijo: “el asesinato”. El Imam Sadiq (P) dijo entonces: “Dios ha requerido cuatro testigos para probar el crimen del adulterio y solo dos testigos en el asesinato, y esto va en contra de las implicaciones de la comparación que tú hiciste mediante el Qias.” Luego le preguntó: “¿Es más importante la oración o el ayuno?” Abu Hanifa respondió que la Oración era más importante. El Imam (P) le dijo: “Una mujer no está obligada a recuperar las oraciones pérdidas durante el período menstrual. Pero debe recuperar los ayunos que ha perdido durante este período. Esto tampoco puede ser justificado por el Qias.” [22]

De esta manera, el Imam mostró cómo el uso del Qias obliga al jurista a dar opiniones y fatwas contra las normas categóricas del Islam. [23]

El Imam (P) solía impedir que sus compañeros se reunieran con las personas que ingresaban sus opiniones personales en la religión, para que no fueran influenciados por ellos. [25] También muchos hadices han sido narrados por el Imam (P) en el contexto de condenar tales juicios personales [26].

Seguramente, si el Imam Sadiq (P) no se hubiera opuesto con tanta determinación a tales innovaciones falsas en la religión, la jurisprudencia shiíta, se habría visto afectada por ellas y habría perdió su originalidad. Pero, por el contrario, vemos cómo los sabios shiítas adoptaban en gran medida los textos originales de hadices como método para emitir fatwas, y con el paso del tiempo, a partir de estos textos, formaron una rica y fructífera escuela de jurisprudencia.

En cuanto al problema de la falta de fiabilidad de los hadices, los sunitas tenían muchas dificultades. Fue por esta razón que Abu Hanifa no confió en esos hadices; Porque una gran parte de los hadices sunitas eran fabricados por los califas sunitas, especialmente los omeyas, y por eso, la jurisprudencia sunita se basaba en una colección de hadices no fiables. Por otro lado, los shiítas confiaban en la infalibilidad de los Imames y en la abundante fuente de hadices de Ahlul-Bait (P).

El mismo Abu Hanifa, aunque rechazaba una gran parte de los hadices sunitas, aceptaba la autenticidad de una gran parte de los hadices transmitidos a través de Ahlul-Bait (P). [28] Un día Abu Hanifa escuchó un hadiz del Imam Sadiq (P) y permaneció en silencio. Le preguntaron: “¿Por qué no le preguntaste a Ya’far Ibn Muhammad sobre la cadena de transmisión de este hadiz hasta el Mensajero de Dios (PBD)?” Respondió: “Acepto el hadiz de la misma manera que lo narró.” [29]

De hecho, según la creencia shia, el Imam Sadiq (P) narraba los hadices a través de sus padres y abuelos, y esta cadena de transmisión llega al Mensajero de Dios (PBD).

Durante la época de los gobernantes omeyas, las obras de otras sectas islámicas fuera de la Shia fueron olvidadas y sólo los Imames lograron conservar las narraciones del Profeta (PBD) y las transmitieron a sus hijos y, a través de ellos, a sus shiítas. [30]

Un hadiz, cuya cadena de transmisión empieza con el Imam Sadiq (P) hasta que llega al Mensajero de Dios (PBD) no es comparable con ningún otro hadiz, en términos de contenido y autenticidad. Por otro lado, el carácter de los Imames (P), tanto moral como científicamente, está más allá de cualquier otra persona, incluso según los criterios aceptados entre los sunitas.

Por eso, " al-Iyli " uno de los antiguos clérigos sunitas, escribe en su comentario bajo el nombre de Imam Sadiq (P): “Ya’far Ibn Muhammad Ibn Ali Ibn Al-Husain Ibn Ali Ibn Abi Talib (que Dios esté complacido con ellos). Esta cadena de transmisión tiene una virtud que no se encuentra en otro lugar, ya que contiene cinco Imames.” [31] [32]

 

Algunas virtudes del Imam Sadiq (P)

Su devoción y sumisión ante Dios

Qutaibah uno de los compañeros del Imam Ya’far Ibn Muhammad Al-Sadiq (P) narra:

Un día fui a casa del Imam para visitar a su hijo que estaba enfermo. Encontré al Imam en la calle preocupado y pensativo. Le pregunté acerca de la salud de su hijo y me contestó: “¡Juro por Dios que se nos va!” El Imam (P) entró a su casa y después de unos minutos salió de nuevo. Su aflicción se había calmado. En ese momento sentí alegría y esperanza; pensé que había pasado el peligro de la enfermedad. Nuevamente pregunté por el estado de salud del niño. Me respondió:   “Ha dejado este mundo”. Con admiración exclamé: “¡Ofrezco mi vida por ti! Mientras él estaba con vida estabas triste y afligido, y ahora que ha muerto ¿no estás triste?” Contestó: “Nosotros somos de una familia que mostramos nuestra aflicción antes de la tragedia, pero cuando acontece lo dispuesto por Dios nos resignamos y aceptamos la decisión del Creador”. [33]

Benevolencia y paciencia

Ibrahim Ibn Bilad, relata:

Un día leí el documento que el Imam Sadiq (P) había escrito en donde especificaba haber otorgado la libertad de uno de sus esclavos, que decía lo siguiente: “Por medio de la presente yo, Ya’far Ibn Muhammad pongo en libertad a este esclavo para obtener la satisfacción de Dios Todopoderoso, y no pido nada a él salvo que realice la oración, pague su zakat, lleve a cabo su Haÿÿ (peregrinación), ayune durante el mes santo de Ramadán, ame a aquellos que aman a Dios y se aleje de los enemigos de Dios”. Tres hombres firmaron al pie del documento como testigos. [34]

Musama Ibn Abdul Malik relata: En una ocasión nos encontrábamos con el Imam Sadiq (P), en la región de Mina (cerca de La Meca), comiendo uvas, cuando se presentó un mendigo y pidió ayuda al Imam (P). El Imam le dio un racimo, no obstante lo rechazó y dijo: “Si fuese dinero, lo tomaría”. El Imam Sadiq (P) le respondió: “Que Dios te lo haga llegar”. El mendigo se fue y transcurrido un corto tiempo regresó pidiendo el racimo de uvas. El Imam expuso: “Que Dios te lo haga llegar”. Y no le dio nada. Entonces se acercó otro mendigo. El Imam tomó tres uvas en su mano y se las entregó. El mendigo exclamó: “¡Gracias a Dios, Creador del Universo, que me has dado mi porción de este día!” El Imam llenó sus dos manos de uvas y se las dio; el mendigo las tomó y manifestó: “¡Gracias a Dios, Creador del Universo!” El Imam (P) exclamó: “¡Espera!” Entonces preguntó a su esclavo cuánto dinero llevaba consigo. Éste tenía veinte dirhams. El Imam (P) se los dio al mendigo y éste dijo nuevamente: “¡Gracias a Dios! ¡Dios mío, ésta es Tu Benevolencia, Tú eres Único y no tienes socio alguno!” “¡Aguarda!” Le dijo el Imam (P), y le entregó su propia ropa para que se vistiese. El mendigo se la puso y nuevamente agradeció a Dios diciendo: “¡Gracias a Dios que me vistió y me cubrió!” Entonces volteando su rostro hacia el Imam (P) continuó diciendo: “¡Dios te dé una buena recompensa!” Musama agregó: Parecía que si no hubiese orado por el Imam (P), y si hubiese continuado agradeciendo a Dios, el Imam (P) le hubiese seguido dando más y más cosas. [35]

 Ayudar a los necesitados

 12.- Mu’al-la Ibn Junais narra: Una noche lluviosa y oscura que el Imam Sadiq (P) se dirigía hacia Zil-lah Bani Saidah3 lo seguí. En el camino se le cayó algo de la carga que llevaba. Entonces exclamó: “¡Dios mío! Regrésame lo que he perdido”. Me acerqué y lo saludé. Preguntó: “¿Eres tú, Mual-la?” Contesté: “¡Sí! ¡Ofrezco mi vida por ti!” Entonces me pidió que buscara con las manos algo que se le había caído. Encontré unos panes y se los di. Llevaba consigo un saco muy pesado lleno de panes. Le dije: “Permíteme que te ayude”. Él me dijo: “¡No! Yo sé mejor lo que hago. Pero acompáñame”. Acompañé al Imam (P) y llegamos a Zil-lah Bani Saidah y vimos que un grupo de indigentes se encontraba dormido. El Imam (P) colocó bajo la camisa de cada uno, uno o dos panes. No dejó a nadie sin porción. Cuando regresamos pregunté: “¿Acaso pertenecen ellos al grupo de vuestros seguidores?” El Imam (P) me respondió: “Si fuesen de mis shiítas (seguidores), les ayudaría con más”.[36]

 Hisham Ibn Salim narra:

 “Por las noches, el Imam Sadiq (P) llevaba sobre sus hombros un saco lleno de pan, carne y dinero, y lo repartía entre los necesitados de Medina, sin que ellos lo reconocieran. Cuando el Imam (P) falleció y no hubo quién los ayudase, entonces entendieron que el desconocido era este gran hombre.”[37]

 

Notas

(1). Hurr Amili, Muhammad Ibn Hassan, Wasa’il al-Shia, investigador/corrector: Instituto Alul-Bayt (P), Qom, 1414 H, vol.18, págs. 23 y 61.

(2). Ibíd. página 48.

(3). Ibíd. página 41.

(4). Riyal al-Nayashi, Nayashi, Ahmed Ibn Ali, Qom, 1416 H, página 12.

(5). Shahidi, Zendegani Imam Sadiq, pp.85-86

(6). Historia de Yoryan, Sahmi, Hamza Ibn Yusuf, Beirut, 1407 H, 4.ª edición, págs. 170, 264, 265, 405 y 570.

(7). Kashf al-Qumma fi Marafah al-Imam, Erbeli, Ali Ibn Isa, investigador/corrector: Rasouli Mahalati, Hashem, Bani Hashemi, Tabriz, 1381, primera edición, volumen 2, página 170; Al-Kafi, ibíd., vol. 1, pág. 5.

(8). Tahzib al-Kamal, Abu al-Hayyay al-Mazi, Yusuf Ibn al-Zaki Abd al-Rahman, investigación: Bashar Awad Ma'rouf, Instituto Al-Rasalah, Beirut, volumen 5, página 77; Al-Kamil fi Zu’afa al-Riyal, Abu Ahmed al-Yoryani, Dar al-Fakr, Beirut, 1404 H, vol. 2, página 555.

(11). Al-‘Iqd al-Farid, Ibn Abd Rabbah al-Andalusi, Ahmad Ibn Muhammad, investigador/corrector: Mofid Muhammad Qumiha, Dar Kutub al-Ilmiya, Beirut, 1404 H, primera edición, volumen 4, página 67; Imam al-Sadiq (P), ibíd., pág. 90.

(12). Al-Kafi, ibíd., vol. 1, página 241.

(13). Abu Hanifa, Abu Zuhra, Dar al-Fikr al-Arabi, Egipto, 1366 H, página 111.

(14). Ibíd., página 140.

(16). Kitab al-Tafsir, Ayashi, Mohammad Ibn Masoud, Investigación: Rasouli Mahalati, Seyed Hashem, Teherán, 1380 s, primera edición, volumen 2, página 321; Wasa’il Al-Shi'a, ibíd., vol. 18, página 40.

(18). Al-Madjal al-Fiqhi al-Aam, Mustafa Ahmad al-Zarqa, Dar al-Qalam, Beirut, 1418 H / 1998 D.C., primera edición, volumen 1, página 74; Revista Nur Alam, N° 10, página 55.

(19). Al-Wasa’il al-Shia, ibíd., vol. 18, página 40.

(20). Muqaddima Ibn Jaldoun, Ibn Jaldoun, Abdul Rahman Ibn Muhammad, Teherán, 1336 s, primera edición, volumen 2, página 159.

(21). Historia de Bagdad, Jatib Baqdadi, Ahmad Ibn Ali, investigador/corrector: Mustafa Abd al-Qadir Atta, Dar al- Kutub al-Ilmiya, Beirut, 1417 H, primera edición, volumen 13, página 416.

(22). Al-Ajbar al-Muwaffaqiyat, al-Zubayr Ibn Bakr Ibn Abdullah, investigación: Sami Makki al-Ani, Beirut, 1416 H / 1996 D.C., edición: II, págs. 76-77, Sharh al-Ajbar en las virtudes de los Imames (P), Ibn Hayyun, Numan Ibn Mohammad, Qom, 1409 H, primera edición, vol.3.

(23). Wasa’il al-Shi'a, ibíd., vol. 18, página 30; Al-Ihtiyay ala Ahl al-Liyay, Tabarsi, Ahmad Ibn Ali, Teherán, 1413 H, página 196.

(25). Al-Mahasen, Barqi, Ahmad Ibn Muhammad Ibn Jalid, Teherán, 1370 H, página 205, h 356; Wasa’il al-Shi'a, ibíd., vol. 18, pág. 16.

(26). Wasa’il al-Shi'a, ibíd., vol. 18, págs. 23 a 29; Al-Kafi, ibíd., vol. 1, página 58; Ilal al-Sharaye’, Ibn Babiwaih, Muhammad Ibn Ali, Nayaf, 1385 H., Vol. 1, págs. 81-83; İjtiyar al-Marifa Al-Riyal, Kashi, Muhammad, Mash-had, 1409 H, primera edición, págs. 189 y 163-164.

(28). Véase: Ibn Shahr Ashub, Manaqib Ale Abi Talib, Qom, 1379 s. tomo 2. 378).

(29). Amali, Mufid, Mohammad Ibn Mohammad, Congreso del Sheij Mufid, Qom, 1413 H, primera edición, págs. 21-22.

(30). Imam al-Sadiq (P), ibíd., página 195.

(31). Tarij al-Ziqat, al-Iyli, Dar al-Kutub al-Ilmiya, Beirut, 1405 H, página 98.

(32). Vida intelectual y política de los Imames shiítas (P), Ya’farian, Rasul, Instituto Ansarian, Qom, 1381 s, sexta edición, página 345.

(33). Kafi, tomo 3, p.225; Bihar, tomo 47, p.49.

(34). Kafi, tomo 6, p.181; Bihar, tomo 47, p.44.

(35). Kafi, tomo 4, p.49. 

(36). Kafi, tomo 4, p.8; Zawab Al-A’mal, p.173; Bihar, tomo 47, p.20.

(37). Kafi, tomo 4, p.8; Bihar, tomo 47, p.38.

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